L’INCORONAZIONE DI POPPEA, voces e interpretación

Embelesadora Cangemi en gozoso Monteverdi

En esta versión de L’incoronazione di Poppea bien podríamos hablar de concierto, debido a la falta de escenografía o de iluminación teatral. Sin embargo, hay detalles que la definen más como un espectáculo semimontado, ya que hay un peculiar vestuario, actitud histriónica e indudable marcación de movimientos, quizá del director musical, quizá de los mismos cantantes. Esto es parte del atractivo de un muy bien definido dramma per musica, en esta ópera de madurez de Claudio Monteverdi, con temas tan vigentes hoy como entonces, con emociones y situaciones que acompañan al hombre desde que el mundo existe.

Ya en el prólogo, el espíritu de la música preanuncia un deleite auditivo en la ejecución del Ensemble Matheus con instrumentos de época, en la precisa y atractiva dirección de Jean-Christophe Spinosi. Los cantantes no están en el escenario ni hay un alto para que hagan su entrada, sino que van entrando –y saliendo- en forma teatralizada. Se presentan con especiales movimientos corporales Fortuna y Virtud, entonando y encantándonos con “el arte de navegar hacia el Olimpo” mientras el Amor afirma “gemelos somos la eternidad y yo”.

Hay un gran placer en la combinación de la música con la importancia del fascinante texto de Giovanni Busenello, donde hay sarcasmo, detracción, erotismo y apetencias de todo tipo. El texto de L’incoronazione di Poppea se disfruta en cada frase, como en el “Adiós” tantas veces pronunciado por Nerón y Popea, donde hay encanto, delicadeza, tristeza y gran expresión por parte de los cantantes. “Esperanza, me vas acariciando el corazón” le dice Popea a Arnalta, y también sabe que “Amor y Fortuna combaten por mí”.

Todos hicieron un estupendo trabajo, con algunas voces que se destacaron especialmente, como la mezzo José Maria Lo Monaco, que interpretó a Octavia, en su impresionante monólogo: “Despreciada Reina”, cuando increpa con fuerza a Júpiter… “si no tienes rayos para castigar a Nerón, te culpo de injusticia”. El estupendo bajo Luigi De Donato corporizó a Séneca, profundo y potente, hasta en el suicidio que esta vez no fue con cicuta ni por asfixia.  

Filippo Mineccia, en el papel de Otón, actuó muy bien, con agradable timbre y volumen, convincente cuando habla de sí como serpiente. Emilie Rose Bry cantó con exquisitez. Como Nerón, el contratenor Raffaele Pe creció durante la noche logrando un refinado ajuste.

Párrafo final para el encantador trabajo de Verónica Cangemi en el rol de la calculadora e insaciable Popea, interpretada con sabiduría y conocimiento del estilo y del personaje, subyugante en sus contrastes y notas sutilmente expresivas, otorgándole valor al fraseo, como cuando le dice a Nerón que sus palabras “se graban como besos en mi corazón”. Sentimiento total, que emociona y complace profundamente. Martin Wullich

Fue el 3 de septiembre de 2019
Teatro Colón
Libertad 621 – Cap.
(011) 4378-7100
teatrocolon.org.ar

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