Desde hace aproximadamente una década, Chiara D’Odorico vive en nuestro país. Con Paraguay en la cabeza y en el corazón, la pianista lanza el 16 de julio su segundo álbum, Ofrenda a mi tierra, donde interpreta obras —algunas sin registro discográfico previo— de compositores académicos paraguayos, en una triple ofrenda.
¿De qué trata Ofrenda a mi tierra?
Continúa la idea de Purahéi che retãgua de seguir recuperando a estos compositores olvidados o poco conocidos de la música académica para piano del Paraguay, de los siglos XX y XXI. Este disco es más amplio. Es la ofrenda de dos compositores no paraguayos que trabajaron con los músicos o con la música del Paraguay, como el ítalo-argentino José Bragato. A él le decían el “ángel tutelar” de la música paraguaya; hizo una polka paraguaya muy linda, le gustaba mucho el folklore. Es también el caso de un compositor ítalo-paraguayo, Nicolino Pellegrini, el primer gran maestro que tuvo el Paraguay. Pellegrini enseñó a compositores como Agustín Pío Barrios Mangoré, conocidísimo por la guitarra; a José Asunción Flores y a Mauricio Cardozo Ocampo. Pellegrini fue el gran maestro de todos los compositores posteriores. Y creó las primeras instituciones musicales, porque entonces no había nada. Es también la ofrenda que él nos deja con su obra. Y por último, mi ofrenda, grabando estas piezas, en cuya mayoría prácticamente no hay grabaciones previas. Es mi ofrenda al mundo para que conozca estas piezas musicales.
Casi no existen grabaciones previas de estas obras. ¿Por qué la música académica paraguaya no tiene la difusión que se merece?
Es muy triste. Pienso: “¿por cuánto tiempo toda esta música ha quedado guardada en partituras sin que nadie las tocara, y que nadie hiciera una grabación?” Es un desperdicio. No sé el motivo, pero llegó un momento en el comienzo del siglo XX en que no había tanto movimiento musical y de pianistas en el Paraguay. En estos últimos años, cada vez hay más movimiento. Esto no pasaba tanto con la música popular. Si bien hago hincapié en la música escrita para el piano, sin desmerecer los arreglos ni mucho menos, me parece importante valorizar lo que fue escrito en su momento para el piano y que no se ha difundido. Me ha tocado trabajar con manuscritos. Sorprende que tratándose de obras del siglo XX —pasó más de medio siglo— nadie lo haya pasado siquiera a formato digital. Hay un bache importante, porque esas obras se guardaron o se dejaron sin conocer. Y por lo general se recae siempre en lo mismo: las polkas, las guaranias, pero toda esta música… es como decir que no se conoce la música de Guastavino o de Ginastera. Quizás llegó el momento de difundirla.
¿Creés que, a partir de tu trabajo, otros músicos de tu país tomarán la antorcha?
Espero que sí. Este no es un trabajo solamente mío. La música es universal, y cuanto más la toquemos, mejor. Me llena de orgullo cuando no solo gente del Paraguay me pide las partituras; me han pedido un montón en giras y en conciertos, o porque escucharon el disco, o me escriben que les gusta mucho la pieza. Y es ese el objetivo: grabar una música que se dé a conocer y que tome vida sola. Que alguien te pida la partitura o que quiera volver a grabar porque tiene otra visión o porque le gusta o lo que fuere…me parece que ahí está la misión cumplida.
De los compositores que elegiste para Ofrenda a mi tierra, hay una mujer: Nancy Luzko. ¿Podrían tener más peso actualmente las mujeres compositoras de música académica?
Sí, claro. Siempre se está buscando el espacio de la mujer para revalorizar sus conocimientos. Me parece que hoy en día hay muchas mujeres, en la composición, en la interpretación, o en la dirección, que es muy difícil, que están teniendo su lugar. Últimamente se las está dando a conocer mucho más. Y eso está bueno.
Entre los compositores elegidos hay dos médicos: Luis Cáceres Carísimo y Juan Max Boettner. ¿Fue casual o intencional?
Casual. En el caso de Juan Max Boettner, fue un músico bastante importante en su época, porque además de ser compositor, arreglista y director de orquesta, también fue musicólogo. Fue el primero que hizo escritos en enciclopedias sobre la música y los músicos del Paraguay, y dejó material muy valioso. Su vida profesional fue muy importante para el Paraguay. Compuso también mucho para orquesta y piano, tiene gran producción musical. Por su valor para la musicología me parecía bueno incluir alguna pieza suya. Esas piezas no son conocidas, ni hay grabaciones previas, así que me parecía un plus lindo. En el caso de Luis Cáceres Carísimo, tuvo una vida muy corta: murió a los treinta y tantos. Muy poca producción musical, pero muy linda. Al menos las pocas obras que tenemos; algunas se han perdido, y las que nos quedan son piezas muy románticas, y bellas en su color, en su mensaje. Me encantó, y es un compositor casi olvidado o desconocido. Incluso si uno busca en Wikipedia o en Google, no aparece nada.
¿Cómo ves el estado de la música clásica en tu país y su difusión?
Hay mucho movimiento, muchos jóvenes formándose, muchas orquestas en Paraguay con sus ciclos de concierto. Yo hace más de diez años que no vivo en Paraguay, y veo un crecimiento que me asombra. Todavía falta mucho, en comparación con otros países. Pero hay muchos jóvenes que están muy comprometidos, que sale también a estudiar afuera. Algunos regresan, y eso está bueno porque dejan sus semillas para otros jóvenes. Hay un gran crecimiento pero tardío. Es bueno que la gente se forme afuera y después decida regresar, empiece a dar clases y a formar jóvenes. Hay muchas instituciones educativas musicales en el Paraguay, pero siempre debemos levantar la vara para que salgan músicos sobresalientes.
Después de Ofrenda a mi tierra ¿cómo sigue el 2021 para Chiara D’Odorico?
Esperemos que este año sea un poco mejor que el anterior, que podamos tener algo de presencialidad. Ya hice algunas cosas por streaming, y tendría otras presenciales agendadas. Algunas se cayeron, como tocar con la orquesta del SODRE en Montevideo. Hay algunas cosas presenciales para septiembre en adelante. Esperemos que se puedan hacer, si no volveremos al streaming, que es bueno pero no se compara con tocar en vivo. Es la primera vez en mi carrera profesional que ha pasado tanto tiempo desde la última vez que toqué en vivo con público. Veremos las sensaciones encontradas cuando tenga que volver. Uno sigue haciendo cosas y sigue reinventándose. Lo del disco y los conciertos por streaming está muy bien, pero no es lo mismo que viajar, hacer las giras y dar los conciertos. Ojalá mejore la situación y se pueda concretar lo que está en puerta, este año y el próximo. Es el día a día; toda la planificación en que estamos un año, un año y medio antes, y ahora en el mes tenés que ver si se hace o no.
Convengamos que lo más gratificante para un músico es el aplauso del público: no es lo mismo tocar en un escenario con la sala vacía. Es raro.
¡Sí! Es muy raro. Llegan muchos mensajes después, pero no escuchás ningún aplauso.
Video completo Ofrenda a mi tierra
01. José Bragato – Paraguay yasi retá 00:00
02. Luis Cáceres Carísimo – Tristezas de la soledad 05:37
03. Reminiscencias 07:41
04. Página de álbum 11:03
05. Nancy Luzko – Tavarandu 12:33
06. Juan Carlos Moreno González – Juguete 14:23
07. Nancy Luzko – Encuentro apasionado 16:37
08. Julian Alarcón – Desde el fondo de mi corazón 19:40
09. Juan Max Boettner Quince abriles 23:57
10. Tú y yo 25:27
11. Ternura 26:27
12. Julian Alarcón – Ida 27:52
13. Juan Max Boettner – Pequeño vals de primavera 1 32:03
14. Pequeño vals de primavera 2 33:24
15. Pequeño vals de primavera 3 – 34:36
16. Nico Pellegrini – Deidamia 35:56
Sitio Web Chiara D’Odorico
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