La Escuela Superior de Música Reina Sofía es considerada una de las mejores instituciones formativas en Europa para aquellos jóvenes talentos que desean dedicarse profesionalmente a la música. Fundada en 1991 por Paloma O’Shea como centro de alta formación profesional, sus autoridades alientan un doble objetivo: apoyar el desarrollo de jóvenes músicos y acercar la música a todos los públicos.
Cada año, unos 150 estudiantes procedentes de más de 30 países se forman con profesores de prestigio internacional en sus instalaciones, ubicadas en el corazón de Madrid. La selección de alumnos se realiza mediante un proceso de audiciones en el cual el único criterio de evaluación es el talento. La tasa de admisión es del 6 %: una de las más exigentes de Europa. No obstante, el sistema de matrícula gratuita permite que quien tenga mérito suficiente pueda acceder a la Escuela.
El aprendizaje de los alumnos en el escenario es un factor fundamental dentro del ideario académico de la Escuela. Cada año se realizan más de 300 conciertos, donde los jóvenes músicos pueden mostrar al público el fruto de su trabajo, muchas veces acompañados por sus maestros. Desde hace un tiempo estas presentaciones son registradas en video y una parte de este valioso archivo ha comenzado a ser integrada al catálogo de la plataforma de videos Selecta TV, popularmente conocida como el Netflix de la música clásica.
Desde su creación, la Escuela de Música Raina Sofía ha formado a más de 750 músicos que hoy ocupan puestos destacados en orquestas o desarrollan exitosas carreras como solistas. Entre los antiguos alumnos de la institución se cuentan, entre otros, el pianista ruso Arcadi Volodos, el violonchelista Asier Polo, y también los argentinos Sol Gabetta y Xavier Inchausti. Conversamos con las autoridades de la institución, para que nos hablaran de su proyecto formativo y de la proyección del acuerdo de difusión con SelectaTV.
¿Cómo se inserta la Escuela Reina Sofía dentro del actual marco de la educación musical española y europea en general?
La Escuela Superior de Música Reina Sofía está reconocida entre las tres o cuatro primeras escuelas de alto perfeccionamiento musical de Europa. Es una escuela de gran exigencia en cuanto a talento musical, pero de pequeñas dimensiones: trabajamos con menos de 150 alumnos, lo cual permite un planteamiento académico individualizado y un trato estrecho y personal con cada profesor. Por otra parte, es una escuela privada, algo realmente excepcional en Europa, donde prácticamente todas las principales escuelas de música dependen de organismos públicos. El presupuesto de la Escuela proviene en más de un noventa por ciento de mecenas corporativos y particulares. Las administraciones públicas (nacional, regional y local) tienen una presencia minoritaria, pero muy importante. De hecho, la Escuela se ha constituido en uno de los pocos espacios donde la España pública y la privada colaboran y trabajan juntas lealmente en favor de un objetivo común: el apoyo a la juventud y a la cultura musical.
Nos llama la atención el cuidado que ha puesto la institución en el desarrollo de conciertos y en el registro con calidad profesional de los mismos. ¿Cómo surge esta valoración tan particular por mostrar la actividad de la Escuela y de sus estudiantes más allá de los muros de la institución?
Proviene de dos impulsos. Por una parte, nuestro ideario pedagógico se basa en la idea de que la maduración de un músico no ocurre en el aula, sino en el escenario, que para nosotros es una prolongación necesaria del aula. Todo lo que se trabaja en nuestras clases acaba siempre mostrándose al público en conciertos que no son audiciones de conservatorio, sino conciertos artísticamente exigentes, con todo el ritual de un concierto profesional y con público real. Por ese motivo, nuestra pequeña escuela cuenta con una dirección artística y un equipo de producción que organiza anualmente entre 300 y 400 conciertos. Cada uno de nuestros alumnos actúa en una media de veinte conciertos al año, sea en recitales solistas, de conjuntos de cámara, grupos barrocos, sinfoniettas de música contemporánea, orquestas de cámara o sinfónica.
Por otra parte, esta actividad se fundamente también en la naturaleza doble de nuestra misión: apoyar a los jóvenes músicos en su desarrollo y acercar la música a la gente. No queremos ser solo un centro de alta formación, sino también un agente de cultura que contribuya a hacer efectivo el poder transformador de personas y sociedades que tiene la música. Nada remueve los sentimientos con la profundidad y la abstracción con que lo hace la música y hay muy pocas actividades con tanta capacidad para promover la convivencia y la cohesión social. En la Escuela estamos convencidos de ello y por eso multiplicamos nuestra actividad concertística y nuestro esfuerzo por llevar la música a más gente. De ahí, entre otras cosas, el gran esfuerzo que hacemos para ofrecer a nuestros alumnos medios audiovisuales y tecnológicos de calidad para grabar y difundir su música, así como nuestra satisfacción por poder colaborar ahora en la difusión de estos conciertos, en especial para el público latinoamericano, a través de SelectaTV.
Entre los antiguos estudiantes de la Escuela hay por lo menos dos nombres que para el público argentino resultan muy familiares: los de Sol Gabetta y Xavier Inchausti. ¿Cómo es el camino a seguir para el estudiante de música argentino o latinoamericano que desee asistir a la Escuela?
La Escuela Reina Sofía de Madrid es uno de los caminos naturales que un joven músico latinoamericano puede tomar para desarrollar su perfeccionamiento y su carrera. Esos dos casos que menciona son un ejemplo, pero hay otros muchos. La composición del alumnado de la Escuela, aunque varía en cada promoción, ha respondido con naturalidad a lo largo de los años a este esquema: un tercio de alumnos españoles, otro de latinoamericanos y otro de muy diversas nacionalidades, principalmente europeas.
La vía es muy sencilla: audición. No hay otra manera de entrar en la Escuela de Música Reina Sofía que mostrando talento en las audiciones que tienen lugar en primavera y que son estrictamente musicales. No se atiende a ninguna otra circunstancia ni recomendación. Tampoco el factor financiero es importante, porque todo el que pasa la audición y entra en la Escuela dispone de matrícula gratuita y, en algunos casos, de ayuda de residencia y de instrumento. Basta con estar pendiente de las convocatorias en la página web de la Escuela y demostrar mérito suficiente.
Escuela Reina Sofía de Madrid
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