LA MÚSICA EN EL SIGLO XXI, evoluciones

Un seminario que aborda las transformaciones de la música en la era digital

Las nuevas tecnologías y la hiperconectividad digital, dos elementos definitorios de nuestro tiempo, han transformado los modos de aproximarnos a la práctica musical y al arte en general, desde el punto de vista de la producción y la recepción por parte del público. Los cambios que impuso el siglo XXI han influido de manera notoria en nuestra perspectiva del espacio y de las relaciones humanas. Han transformado nuestros comportamientos y nuestras maneras de relacionarnos. Por consiguiente, modificaron también la manera de vincularnos con el arte y con la música, propiciando nuevas prácticas y estéticas. Por eso es interesante el seminario La música en el siglo XXI, propuesta de Manuel Valverde, licenciado en artes musicales con orientación en composición.

Su recorrido se vincula con las tendencias preponderantes en la música actual, analizando en cada caso los conceptos estéticos y técnicos subyacentes, así como los momentos históricos y las geografías en donde se dan estas expresiones. También encara las problemáticas con las cuales dialoga cada expresión musical, teniendo en cuenta la relación de estas manifestaciones con sus contextos sociales, políticos y culturales. Finalmente, se atreve a una reflexión sobre el posible porvenir de la práctica musical. Destinado a abordar estas temáticas es que Manuel Valverde ofrece La música en el siglo XXI en línea, a través de la Universidad Nacional de las Artes

Conversamos con el responsable de estos encuentros, para presentar a nuestros lectores la temática general que conforma el eje de su desarrollo.

manuel valverde

Manuel Valverde, licenciado en artes musicales

Creo que a menudo, cuando la gente piensa en música, en un primer momento dice “a mí me gusta la música”. Pero enseguida aparece la cuestión de los géneros (“bueno, no toda la música, porque a mí me puede el tango, el rock, o lo que sea”), pero también surge la cuestión de las épocas. ¿Cómo se inscribe la música del siglo XXI en el contexto más amplio de la música en general?

Manuel Valverde: La idea de armar un curso centrado específicamente en la música del siglo XXI, o mejor dicho en lo que por ahora viene siendo el siglo XXI, parte de observar con una claridad cada vez mayor algunas tendencias en la música de nuestro tiempo. Desde luego es un desafío grande pensar la música de la actualidad o la del pasado reciente, porque se trata de algo que aún sigue en desarrollo. Pero considero que estamos en el primer cuarto del siglo, podemos  plantear algunos patrones que se empiezan a vislumbrar y problemáticas actuales que se relacionan entre sí.

Precisamente, en relación a tu pregunta, una de las clases de este seminario va a estar centrada en una tendencia creciente que es el concepto de hibridación de las tradiciones musicales. Esta cuestión no es nueva, pero es un fenómeno que se profundiza en este siglo. Las razones de esta condición son variadas. Una de ellas es que nuestra manera de escuchar música cambió, y es inevitable que esto se vea reflejado a la hora de hacer música. En concreto, actualmente tenemos la acción de una escucha hipervincular, donde pasamos sin transición por músicas de tradiciones aparentemente muy diversas. El acceso y el tipo de escucha que trajo el océano infinito de internet, sumado a una autoconciencia de cada tradición musical, hace que naturalmente estas empiecen a hibridar, no solo entre tradiciones musicales, sino también entre distintas tradiciones artísticas. El medio visual, lo multimedial, empieza a ganar terreno en el campo de la música. Y los límites entre las diferentes artes, si bien no se borran, sí se empiezan a repensar. Por todo esto se vuelve cada vez más obsoleto hablar de música popular, o clásica, o contemporánea. Sí podríamos hablar de músicas que tienen puesto el foco en la experimentación y en la toma de riesgos, y de músicas que no se plantean tales búsquedas.

También se vuelve obsoleto pensar que pueda haber una mirada unívoca sobre la música en la actualidad. Por eso estructuramos el curso en tendencias estéticas, para visualizar un panorama amplio, relacionando las músicas entre sí y observando de qué manera dialogan con problemáticas y características de la actualidad.

Decís que nuestra manera de escuchar música cambió. Esto es evidente en cuanto pensamos en las nuevas formas de acceso a la música, como las plataformas de streaming, y la actual ubicuidad de la experiencia sonora. ¿En qué medida cambia la experiencia de escucha musical en el espacio tradicional de un auditorio? Intuyo que al cambiar la naturaleza del oyente, por su incorporación a una nueva cultura,  cambia también su modo de escuchar en general.

Claro, las plataformas de streaming han cambiado nuestra manera de escuchar música. Pero además, la Era Digital determina un replanteo en la relación entre los seres humanos y su entorno. Es decir, esta nueva era trajo consigo una manera diferente de entender el espacio que nos rodea. Ante el crecimiento del mundo virtual, el sentido de la presencialidad se modifica y se vuelve un concepto nuevo. En ese sentido, la sala de conciertos también ha sido repensada. ¿Un concierto virtual es menos concierto que uno presencial? Qué es lo que define el espacio del concierto: ¿el lugar en sí mismo o el ritual de la escucha? Muchos artistas de la actualidad han planteado obras que comienzan a poner en foco estas cuestiones.

La actual pandemia ha propuesto un modo de producción que, si bien no era inédito, cobró particular fuerza: la interpretación musical en conjunto pero con cada integrante en un espacio físico distinto, reunidos mediante la tecnología. Uno de los puntos del programa del curso apunta a las nuevas tecnologías y la era digital, en relación al modo de hacer música. Ahora que se están habilitando de nuevo los conciertos presenciales ¿en qué medida la experiencia de la virtualidad  dejará una marca permanente?

La música, y el arte en general, aunque no se lo propongan, siempre reflejan sus medios de producción. Es interesante ver de qué manera el advenimiento de una nueva tecnología impulsa nuevas estéticas. Un ejemplo de esto se puede apreciar en la aparición de las grabadoras portátiles de sonido en la primera mitad del siglo XX, que permitieron dar lugar a la música concreta. O bien la música hecha con medios electrónicos a mitad del siglo XX, que trajo un nuevo repensar y entender el sonido en sí mismo. Otro ejemplo es la llegada del tocadiscos, que inauguró la idea del DJ, que reproduce los mismos y hasta los procesa en vivo. Luego gracias a eso surgieron los dispositivos de sampleo, tan utilizados en el Hip Hop, que después fueron adoptados por otras tradiciones musicales.

Es indudable que las nuevas tecnologías han propiciado nuevas prácticas y estéticas musicales. Los costos de producción han bajado y por ende el acceso a estas tecnologías se ha masificado. Un celular de gama media filma y registra fotos con una nitidez impensada diez años atrás. Lo mismo sucede en cuanto al registro y producción del sonido. Por ejemplo, para hacer una música electrónica, ya no es necesario establecerse en un estudio de música electroacústica, como sucedía hace sesenta años. Con el avance de los softwares y nuevos dispositivos esto se puede hacer hoy desde una computadora en el hogar.

Se me hace difícil aventurar una respuesta en cuanto a la música de la pospandemia, pero sin dudas este parate mundial nos ha llevado a experimentar con los medios de producción que teníamos a nuestro alcance. Entonces, es muy probable que esta experiencia haya llegado para quedarse, y que de esto surjan nuevas prácticas y estéticas.

¿Adónde dirías que quedan hoy las fronteras que separan las músicas del presente de las del pasado? Schoenberg, Alban Berg, Ligeti, Xenakis, ¿son todavía compositores “actuales”?

Justamente uno de los objetivos de este curso va a ser brindar un panorama de la música compuesta en este siglo, y tratar de vislumbrar esas fronteras. Tal como decía anteriormente,  algunas tendencias de la música del siglo XXI se empiezan a establecer. Hay diferencias cada vez más claras con la música del siglo XX, desde sus medios de producción o sus planteos constructivos. De todas maneras, habría que definir primero el concepto de actualidad. Si vamos a la idea de actualidad como la música producida en un momento histórico específico, podríamos decir que estas músicas que señalás ya no son actuales, ya que en alguno de los casos mencionados estaríamos hablando de obras compuestas hace más de cien años. Pero considero que el concepto mismo de lo actual es un terreno en disputa que se va repensando constantemente. En ese sentido, un madrigal de Monteverdi de comienzos del siglo XVII o una sinfonía de Beethoven pueden tener un grado de actualidad enorme dependiendo de cómo se los escuche. La música tiene el poder de transformarse en su devenir histórico, y ocurre que algunas músicas envejecen más rápido que otras o, caso contrario, se valorizan aún más con el paso del tiempo.

El curso está pensado para músicos, pero también para público en general. ¿Qué puede esperar llevarse como experiencia quien participe sin ser profesional o estudiante de música?

Considero que a partir del arte se puede reflexionar sobre muchas de las cuestiones que son inherentes al ser humano. Por eso también en este curso se van a brindar textos de filósofos y críticos que vienen pensando este momento, y se los va a relacionar con las músicas que se analizarán. La idea es que el acercamiento no sea sólo a partir de escuchar las músicas, sino también pensando esas músicas.

Destinado a intérpretes, directores, compositores, estudiantes de música, artistas de otras disciplinas y público en general, el seminario La música en el siglo XXI, a cargo de Manuel Valverde, será ofrecido en cuatro encuentros. Para participar no es necesario tener conocimientos de lectoescritura musical..

Sábados de 14 a 16
(a partir del 18 de septiembre 2021)
Aranceles accesibles
Más datos e inscripción

Manuel Valverde en la UNA
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