El fixer – Actúan: Edgardo Moreira, Enrique Dumont – Escenografía: Héctor Calmet – Iluminación: Miguel Morales – Autor: Mario Diament – Director: Daniel Marcove
La pieza recuerda a La ratonera, esa obra teatral dentro de Hamlet donde los actores actúan ante el rey y la reina, mostrando una ficción que bien puede ser cierta. Lo fascinante de El fixer es que bordea ese límite dudoso entre la realidad y la ficción, sin caer de uno ni de otro lado.
El relato se presenta como ficcional y lo es, pero la referencia constante a hechos de corrupción lamentables en la Argentina, que involucran a varios políticos, es lo que despierta la atención del espectador y lo hace involucrarse de algún modo en la trama. El atentado a la Amia, las muertes de Carlos Menem Jr. y José Luis Cabezas, y el caso más resonante de los últimos tiempos: el del fiscal Alberto Nisman.
Francisco Real o el fixer es quien dice haber formado parte de los servicios de inteligencia de nuestro país. En plena pandemia, él se encuentra en un bar de Miami con Ricardo Klein, un periodista que escucha atentamente su relato. Francisco parece un loco, pero el loco puede delirar o decir grandes verdades. Atentados, accidentes casuales, personas que desaparecen o son silenciadas son todos los componentes de las historias que cuenta el fixer. Su trabajo consiste en ser el “arreglaquilombos”, en asuntos turbios de la política.
Mario Diament, el autor de la obra, es periodista y dramaturgo. Dice que si bien la obra no está basada en una confesión real, sí ha recibido varias confesiones extraordinarias a lo largo de su carrera, de forma casual. Y es que el periodista puede, con el material registrado, escribir un artículo para la prensa o hacer ficción, como bien dice Klein en la obra.
Como consumidores de noticias policiales y políticas todos somos espectadores de los hechos más insólitos e inverosímiles que se producen en el país. Ya nada asombra porque la realidad se consume como ficción. Pero siempre nos faltan evidencias para llegar a la verdad. No existen hechos sino interpretaciones y las verdades son ilusiones de las que se ha olvidado que lo son, leemos en Nietzsche. El fixer apunta justamente a eso, parece reforzar la idea de que todo es finalmente cuestión de interpretaciones. Y aunque haya una verdad, es probable que nunca lleguemos a ella.
Edgardo Moreira y Enrique Dumont se destacan en una dupla sólida. Manejan muy bien los ritmos del diálogo y ofrecen una excelente caracterización de los personajes. Daniel Marcove dirige con lucidez este texto nada fácil que Mario Diament supo construir y que no da respiro. Pronto el público se ve envuelto por los dichos de este fixer y se puede decir que se marea con la vertiginosa cadena de sucesos que él relata. Empleando las herramientas del periodismo, Diament pinta un mapa ficcional del qué, dónde, cuándo, cómo y por qué -sin revelar quiénes se esconden detrás de las tramas-, y lo deja flotando en plena oscuridad. Milly Vázquez
Sábados a las 20.30
Teatro El Tinglado
Mario Bravo 948 – Cap.
(011) 4863-1188
teatroeltinglado.com.ar
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