ECM, músicas contemporáneas

El sello fundado por Manfred Eicher está nuevamente en Argentina

Para muchos melómanos, la sola mención de la sigla ECM significa mucho. Por ejemplo, una garantía de sonido, un catálogo selecto de artistas, o una cierta expectativa en cuanto a la calidad musical en general. ECM Records es un sello discográfico alemán, fundado por el músico y productor Manfred Eicher hacia fines de la década de 1960. Las letras en cuestión tienen un significado: Edition of Contemporary Music. Y en efecto, el jazz y otras músicas contemporáneas han sido el núcleo central del catálogo de este sello, cuya filosofía ha sido sintetizada con una frase definitiva: «El arte del buen escuchar».

El sello nació en un momento en el que el rock estaba en pleno auge y Eicher apostó por un camino totalmente diferente: una música intelectual, innovadora, alejada de los criterios comerciales y cercana a los postulados estéticos del Third Stream, un estilo de jazz que intentaba desarrollarse a partir de la influencia de la música académica más renovadora. Muchos estarían tentados a simplificar, para usar directamente la etiqueta de jazz de vanguardia, a pesar de que la misma no le haría plena justicia al catálogo de este sello, que también incorpora música clásica y muchos ejemplos que podrían categorizarse como World Music. 

La noticia es que el catálogo del sello ECM, después de varios años de ausencia, ha vuelto a comercializarse en Argentina. Conversamos con Claudio Ronanduano, responsable de este nuevo desembarco, que será particularmente apreciado por quienes gustan explorar en las músicas de vanguardia de los siglos XX y XXI.

ECM es un sello discográfico distinto de cualquier otro. Tiene una impronta propia, tanto estética, como sonora y de repertorio. ¿Cómo lo presentarías?

Por muchos motivos, ECM es uno de los sellos más importantes en la historia de la industria de la música. Con el correr de los años -ya lleva medio siglo de vida- pudo marcar un camino musical muy distinto de lo habitual, desde la idea misma de la propia música y cómo grabarla, pues es sonido puro en su máximo nivel. El sello ha cambiado la forma de escuchar el jazz, pero la búsqueda incansable del mejor sonido es lo más destacado dentro de la estética que ha seguido el sello durante años. “El sonido más bello después del silencio”, ha sido el eslogan que mejor califica el trabajo realizado a lo largo de estos años.

Pero el sello no sólo ha logrado plasmar una idea sonora en los casi 1800 discos producidos a la fecha. También logró una estética diferente en cuanto a imágenes y diseños de sus portadas. Considero que consiguieron una sincronicidad perfecta entre música e imagen. A la fecha es el único sello discográfico sobre cuyos arte de tapa se han realizado exposiciones. También hay libros editados al respecto, con la historia del sello, su arte gráfico y demás.

En cuanto al repertorio, es muy extenso y amplio. Un listado somero de los músicos que integran su extenso catálogo nos puede facilitar la idea: Keith Jarrett, Pat Metheny, Jan Garbarek, Egberto Gismonti, Bobo Stenson, Carla Bley, Steve Swallow, Joe Lovano, Chick Corea, Jon Christensen, Paul Motian, Tigran Mansurian, Meredit Monk, Terje Rypdal, Paul Bley, Kenny Wheller, por mencionar solo algunos.

Pero en el sello no sólo encontramos jazz. A partir de 1984 también comienza otra etapa muy fructífera, que es la inauguración de la línea ECM New Series. En ese período comienza la apertura hacia la música clásica y de cámara, otra fascinación de Manfred Eicher. Ese año se edita Tabula Rasa, del compositor estonio Arvo Pärt, y eso marca una completa ampliación del catálogo, con música clásica, contemporánea y World Music, además de jazz.

Me interesa este punto, porque ECM nace como un sello de jazz alternativo, de músicas contemporáneas, como su nombre lo indica, pero en su catálogo hay también desde música clásica a renacentista. ¿Cuál es el criterio del catálogo?

Estamos ante un productor con una enorme visión. La apertura a las músicas del mundo es algo que destaca a Eicher. Su gran conocimiento en la materia se puede ver en su selección musical. El comienzo fue en el jazz, incluyendo también varios exponentes del free jazz. Luego de unos años Eicher decide no seguir en ese camino y da lugar a una línea de producciones mucho más poética o intimista. Como dijo uno de los músicos del sello: “Eicher es músico, pero toca a través de los músicos que produce”.

En muchos ámbitos se etiqueta la música de distintas maneras. Pero en este caso, una gran definición respecto del repertorio del sello fue la que dio Jan Garbarek: «el oyente que se acerca a ECM no lo hace por una determinada etiqueta musical, sea jazz, clásico, etcétera. Lo hace por la música en sí misma, por lo que sabe que puede encontrar en el desarrollo estético que se logró con el tiempo». Encuentra a músicos de cierto recorrido, como Dave Holland o Jack DeJohnette, que en su momento fueron músicos de Miles Davis, componiendo la base rítmica del último disco de Anohaur Brahem, un músico de Túnez que toca el oud. O a Dino Saluzzi, tocando con Tomasz Stanko y John Surman. O a la cellista Anja Lechner con el guitarrista Pablo Márquez.

No existen fronteras a la hora de producir. Se produce con grandes músicos, buenos instrumentos, grandes ingenieros de sonido e inmejorables estudios de grabación. Recordemos en este ámbito a Jan Erick Kongshaug, dueño del famoso estudio Rainbow en Oslo, responsable de más de 700 grabaciones editadas en el sello. Muchos afirman que él es uno de los responsables de la creación del sonido ECM. Lejos del marketing y de sólo mirar la posibilidad de ganar dinero, como se hace muchas veces, priorizando ese objetivo por sobre cualquier otra cosa, Eicher sostiene -y lo demuestra siempre- que al músico se lo debe escuchar: lo que dice, lo que manifiesta desde su instrumento y su voz. El éxito comercial es otro tema. The Köln Concert de Keith Jarrett lleva vendidas más de cinco millones de copias desde su edición. ¿Era ese el principal objetivo de ese registro? Desde ya que no. Ese éxito fue la consecuencia de muchos factores, que pueden ser vistos a lo largo del tiempo.

La distribución del sello en Argentina ha sido fluctuante. ¿Cuál es la situación actual?

Logré el acuerdo con el sello en los primeros días de abril de este año. Fue una idea que tuve en mi cabeza durante mucho tiempo. Lograr un acuerdo con semejante sello ha sido para mí el desafío más importante desde que estoy en la industria discográfica, en la que llevo ya treinta años. Soy consciente de los problemas de nuestro país, en especial económicos y sociales, sin dejar de lado la actual pandemia, que también conlleva enormes limitaciones y muchas preguntas para el futuro. Pero no podía dejar pasar la oportunidad. La intención es llegar con el catálogo a la mayor cantidad de lugares del país, comunicando todo desde nuestras redes sociales y sitio web, porque desde hace muchos años sé de la enorme cantidad de gente que gusta de este material.

¿Qué parte del catálogo está disponible en formato físico a partir de esta distribución?

El catálogo es muy amplio, pero intentaremos cubrirlo en la mayor extensión que podamos, en todos los soportes disponibles: discos compactos, vinilos, DVD, y también libros. Si bien actualmente las plataformas digitales brindan grandes posibilidades, uno de los éxitos de  ECM es haber logrado establecer una relación muy especial con aquel público que sigue gustando del soporte físico ante cualquier otra alternativa. Tomo lo digital como una buena posibilidad para conocer muchas músicas a las cuales a veces no se tiene acceso por distintos motivos, sean económicos o geográficos. Pero siempre que se habla de ECM es sinónimo de soporte físico. 

A vos, como melómano, ¿te seduce escuchar música en plataformas digitales?

Soy usuario en este momento de las dos opciones. Escucho música en vinilo desde los cinco años, y ya he cumplido sesenta. El disco compacto está presente en mi colección personal, como está  también el cassette. He pasado por todos los soportes, en mi experiencia de escucha personal y en la venta. La distribución digital también forma parte de mi actividad profesional: desde el año 2009 estoy al frente de Site Music Distribución y de Site Music Digital. He comercializado música durante toda mi vida, con sellos independientes, con grandes músicos. Pero debo confesar que ECM es mi mayor desafío, y es para una gran felicidad haber logrado este acuerdo, con gente de mi más profunda admiración, tanto en lo comercial, como en lo musical y humano.

Una difícil para el final: dame tu selección de diez títulos imprescindibles del catálogo ECM.

Es muy difícil, después de casi cuatro décadas de ser un fiel oyente de ECM Records, seleccionar solamente diez discos. Puedo enumerar una decena teniendo en cuenta lo que más me llega desde siempre y lo que más me sorprendió en estos últimos tiempos. Incluiría por ejemplo a Jakob Bro, guitarrista danés con cinco discos en el sello, con Uma Elmo, de reciente edición, en formación de trío. Es uno de los grandes álbumes de los últimos tiempos: música acústica, espontánea, climática, de una enorme belleza. Otra grabación reciente es Unloved de Maciej Obara Quartet, para mí uno de los mejores discos de ECM de los últimos años, bellísimo en todo sentido. Pero para cumplir con tu pedido, éste sería un Top Ten posible:

1. Keith Jarrett: The Köln Concert
2. Arvo Pärt: Tabula Rasa
3. Maciej Obara Quartet: Unloved
4. Pat Metheny Group: Offramp
5. Jakob Bro: Uma Elmo
6. Jan Garbarek and Hillar Ensamble: Officium
7. Egberto Gismonti: Alma
8. Dino Saluzzi: Responsorium
9. Charles Lloyd: The Water is Wide
10. Keith Jarrett Trío: At the Blue Note – Complete Recordings

ECM, músicas contemporáneas

Catálogo ECM disponible en Argentina

Vota esta nota

¡Haz clic en una estrella para puntuarlo!

Promedio de puntuación / 5. Recuento de votos:

Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este contenido.

Publicado en:

Deja una respuesta