Fue un reencuentro esperado del público con la Camerata Bariloche y su música, luego de un largo y obligado silencio. Justamente esta cuestión dio pie para el título del concierto, Después del silencio, que fue posible gracias al apoyo de Participación Cultural – Mecenazgo (Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires). Con el distanciamiento reglamentario y sin público presente en la sala, el concierto fue grabado en la Usina del Arte. La satisfacción por este reencuentro es notoria en los testimonios de algunos de los miembros de la Camerata que narraron en las pausas entre obras cómo vivieron el volver a tocar presencialmente y en una sala después de tanto tiempo.
En un exquisito recorrido, la Camerata interpretó, en primer lugar, el Concierto en re menor para oboe, orquesta de cuerdas y continuo RV 454, de Antonio Vivaldi, uno de la veintena que il prete rosso compuso durante su vida. El solista fue Andrés Spiller, un oboísta de lujo respaldado por su larguísima trayectoria y por haber sido dos veces distinguido como uno de los cinco mejores instrumentistas de vientos de la música argentina. Al bajo continuo estuvo Manuel de Olaso, una autoridad en música barroca.
Olaso continuó al cembalo en el Concierto para violín, cuerdas y bajo continuo en la menor BWV 1041, de Johann Sebastian Bach; pieza que se estima que Bach compuso entre 1717 y 1723, durante su estancia en Köthen, aunque hay quienes sostienen que el lugar de composición fue, en realidad, Leipizig. Discrepancias aparte, este concierto tuvo como solista al notable violinista chileno Freddy Varela Montero, actual concertino de la Camerata.
Del barroco, la Camerata nos condujo al post-romanticismo: Dos valses Op. 54 (Moderato – Vivace), de Antonin Dvořák. Un hermoso dúo originalmente escrito para piano que el músico de Bohemia publicó entre 1879 y 1880. Max Reger, pianista, compositor y director alemán que falleció muy joven, a los 43 años, compuso la siguiente obra del concierto de la Camerata, el Andante lírico, una breve y apasionada pieza que Reger concibió tras una desafortunada experiencia en el ejército que afectó su salud mental y física.
Ottorino Respighi siguió a continuación con su Suite No. 3 sobre antiguas danzas y arias para laúd. Respighi fue un compositor y musicólogo de principios de siglo xx con gran interés en la música italiana de los siglos XVI, XVII y XVIII y cuyas influencias se reflejan en su trabajo, como se podrá apreciar en esta suite. A modo de cierre de este hermoso concierto, un guiño a un grande, Ástor Piazzola en el año del centenario de su nacimiento. Decarísimo, canción escrita como homenaje a otro grande, Julio De Caro.
Una maravilla de concierto de principio a fin, que la sobrada trayectoria y calidad de la Camerata Bariloche —más de cincuenta años de existencia— hicieron posible para agasajar a un público que, distancia mediante, seguramente habrá disfrutado este necesario reencuentro, como lo disfrutaron los mismos músicos. Viviana Aubele
Comentarios