Concerto Paradiso, idea de Santiago Chotsourian, fue un concierto motivador, para recordar momentos, historias, situaciones, épocas, vividas por los personajes del celuloide o por nosotros, a través de conocidas bandas sonoras. Recordar viene del latín recordāri y significa, justamente, volver a pasar por el corazón.
Qué es lo importante en un concierto. No lo pongo como pregunta, pues parece más un enunciado. La respuesta es, en sí misma, la afirmación: lo importante es la música. El planteo surge de esta cuestión: el Concerto Paradiso pudo ser, según el foco con que se mire, un espectáculo grandioso, o un evento deslucido. Cara y contracara conviven cerca, íntimamente. ¿Es posible? Es real.
Hubo errores técnicos difíciles de pasar por alto: desafinaciones, voces que a la distancia se perdieron por falta de amplificación… pero, se cambia el foco y aparece el recogimiento, la emoción, el inmenso poder de un teatro lleno, cantando y aplaudiendo a coro, abrazando ese lazo entrañable que tiene la cultura porteña con la cultura italiana.
Éstas parecen palabras muy grandes, pero es que lo que se sintió ese día, en esa sala: fue grande. Cuando hay humanidad hay encuentro, hay tesoro. Y también hubo agradecimiento del público, sin duda, hacia la sencillez y calor que transmitió Santiago Chotsourian en la conducción de la orquesta y el aporte de datos curiosos, compartiendo la batuta junto al impecable Roberto Félix Flores y las actuaciones notables de Andrés Spiller (oboe) y María Noel Luzardo (saxofón).
Temas de bandas sonoras de películas clásicas, como 8½, Cinema Paradiso, Il Postino, La vida es bella, El Padrino, Hermano sol Hermana luna, Amarcord, fueron vehículo para vivenciar que, cuando hay memoria emotiva y sencillez, la música fluye y se abre paso entre los corazones, a pesar de los vacíos técnicos. Natalia Mejía
Fue el 19 de diciembre de 2015
Teatro Coliseo
Marcelo T. de Alvear 1125 – Cap.
(11) 4816-3789
Este concierto puede verse completo en Selecta TV
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