CARAVAN, the jazz musical

Un espectáculo que brilla por su parte musical y coreográfica, en una desvaída historia

Caravan – Elenco: Nicolás Armengol, Sandra Guida, Gustavo Monje, Rubén Roberts, Ivana Rossi, Rodolfo Valss – Coreografía: Gustavo Wons – Escenografía: René Diviu – Iluminación: Jason Kantrowitz – Vestuario: Fabián Luca – Director musical: Eduardo Zvetelman – Autor: Diego Romay – Dirección: Omar Pacheco

La puesta en escena de Caravan es magnífica. Desde el comienzo se asiste a una producción importante en términos artísticos y técnicos. Se nota el minucioso trabajo de un preciosista de la escena como Omar Pacheco, quien desde sus épocas de teatro off demostraba que con escasos recursos se podían hacer maravillas, si el buen gusto y la imaginación se ponían al servicio de la creatividad.

El elenco es una suma de profesionales que hace lo suyo con excelencia. Es notable el trabajo del cuerpo de baile, que responde a las estupendas y originales coreografías de Gustavo Wons, donde cada integrante marca su sello en escena. Sandra Guida impone su presencia y su voz en un personaje que lleva a cabo cantando y actuando el sentimiento que la embarga, con llamativa sensualidad.

Rodolfo Valss cumple muy bien su misión, aunque no canta las canciones más atractivas. Quien se luce notablemente es Ivanna Rossi, sorprendente en su rol, con simpatía e impacto, llevando su privilegiada voz a un subyugante punto de equilibrio y seducción que sabe acompañar con actitud.

La orquesta, dirigida por Edu Zvetelman, suena maravillosamente y ha sido amplificada con increíble calidad. La escenografía es estéticamente superlativa y técnicamente sorprende por los cambios que, en un santiamén, llevan la historia de un lugar a otro, o muestra el interior y el exterior del glamoroso Caravan, recuperando un arte que, cada vez más, es reemplazado por una exagerada y no necesaria utilización multimedial.

La profusa iluminación, con vistosos y sugerentes efectos, acompaña el clima necesario para hacer de cada cuadro un goce estético. Sin embargo, la historia parte de un libro que no genera atractivo alguno, es inconsistente y no atrapa –sobre todo cuando ha sido planteada únicamente con canto y sin diálogo-. Los recitativos, sin rima y melodía alguna, suenan poco creíbles, por no decir ridículos.

Resumiendo, una genial sucesión de coreografías y números musicales, que se disfrutarían más si se ajustaran a ese esquema, sin otras pretensiones y con mayor brevedad. Martin Wullich

Se dio hasta agosto 2009
Teatro El Nacional
Av. Corrientes 968 – Cap.
(011) 4326-4218

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