PHAROAH SANDERS (1940-2022), adiós al Faraón

Señalado como heredero de Coltrane, la muerte del saxofonista marca el fin de una era del jazz

La dulzura y la furia pueden congeniar en una misma música. Sabemos esto desde hace rato. Nos lo enseñaron grandes maestros, entre ellos John Coltrane. Y si elegimos en particular la mención de este nombre, es porque Coltrane fue en buena medida el mentor de Pharoah Sanders y de su particular sonido. Ahora el Faraón ha partido.

Él era el más joven de toda la camada. Coltrane lo reclutó cuando tenía apenas 24 años, para grabar su álbum Ascensión (1966). Para entonces, el legendario saxofonista ya rondaba los cuarenta y nadie sospechaba que tenía apenas unos meses más de vida por delante. Esos meses alcanzaron, sin embargo, para que juntos grabasen también los discos Meditations, Kulu Sé Mama y Expression, además del mítico Live at The Village Vanguard Again! y el póstumo Om. La usina creativa —no tiene caso decirlo— era notable.

Completaban aquel grupo Alice Coltrane en piano, Rashied Ali en batería y Jimmy Garrison en contrabajo, quien también había tocado en el cuarteto previo de Coltrane, junto con Elvin Jones y McCoy Tyner. Sanders impactó a Coltrane con su sonido abrasador, en un concierto en el Village Gate de Nueva York. Su incorporación marcó un viaje sonoro en el jazz de la época. Una verdadera revolución musical donde el lirismo melódico se confundió con el desgarro sonoro, los ritmos africanos y la búsqueda de una espiritualidad hasta entonces inédita.

Había nacido como Farrell Sanders el 13 de octubre de 1940. Fue su mentor, Herman Poole Blount, más conocido por su nombre artístico de Sun Ra, quien lo bautizó Pharoah. Ornette Coleman dijo de él que probablemente era el mejor saxofonista tenor del mundo, y muchas veces fue señalado como el heredero natural de Coltrane. En cualquier caso, Sanders fue reconocido por su técnica y su expresión, llevada a menudo al límite, en el saxofón. Lo dicho al inicio: la dulzura y la furia, congeniando en una misma música.

Tras la muerte de Coltrane, Pharoah colaboró en varios álbumes con su viuda Alice, y luego desarrolló una fructífera carrera como solista, en la cual la exploración fue siempre una marca. Su amplia discografía es un terreno que vale la pena explorar en detalle, con paciencia y el oído atento, dispuesto a dejarse llevar.

Hay dos ediciones recientes que volvieron a traer el nombre de Sanders a las noticias. Por una parte, A Love Supreme: Live in Seattle: lanzado en octubre de 2021, este registro recuperó una de las dos únicas presentaciones en vivo del mítico álbum de Coltrane de 1965, ya con la participación de Pharoah. Por la otra, su más reciente y última grabación: Promises. Editado también en 2021, este disco fue una colaboración insospechada con el grupo de música electrónica Floating Points y la London Symphony Orchestra. Si bien el álbum mostró la cara más amable de Pharoah, alejado del sonido abrasivo que lo caracterizó décadas atrás, se trata de una joya musical absoluta, un perfecto legado para un músico inigualable.

Por mucho que nos duela, todos los días mueren grandes músicos, y sería imposible intentar siquiera un obituario de cada uno de ellos. Pero no todos los días se despide a una leyenda. Y esto es exactamente lo que fue y seguirá siendo Pharoah Sanders. Con su partida se cierra una etapa del jazz, y se abre el tiempo que lleva a su redescubrimiento. Germán A. Serain

Pharoah Sanders: Youu0027ve got to have Freedom

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