Se espera más y mejor de quienes han generado shows atractivos y puestas interesantes, individualmente o en grupo (Quiero llenarme de ti). Mientras Gaby Goldman hace lo imposible por ponerle energía y empuje con su música, junto a la notable interpretación instrumental –en teclado o en acordeón a piano- de viejos temas retro –Llora el teléfono, Aquellos fueron los días, Simplemente una rosa, La chica de la boutique y otros- , el elenco no alcanza a atrapar con la buena idea de recopilar canciones de amor de los ’60 y los ’70 para ponerlas en escena disparatadamente.
Los números musicales no tienen cohesión, ni la historia de música a pedido a través del teléfono se sustenta en el transcurso del espectáculo. La parte más débil es la que debería ser la más fuerte: el humor. No hay otra forma de unir la exquisita selección de temas, el vestuario ad hoc muy bien diseñado, la escenografía que incluye un Winco, que no sea a través de un buen guión en donde los gags remeden las épocas pretéritas generando hilaridad o románticos recuerdos. Pero eso no sucede, el texto –concebido por los mismos artistas- es endeble y al show le falta dirección. Además, problemas con el sonido y falta de creativos arreglos conspiran contra las muy buenas voces de Diego Bros, Natalia Cociuffo y Virginia Kaufmann, que se pierden en una quimera. Martin Wullich
Se dio hasta 2009
Teatro El Cubo
Zelaya 3053 – Cap.
(011) 4963-2568
Estrenó en Velma Café