CANCIONES LATINOAMERICANAS Y SEFARDÍES, mismo sentir

Gerard Edery presentó su nuevo CD por streaming

En un solo artista conviven varios países. Gerard Edery, guitarrista y cantante nacido en Marruecos, está asentado en Polonia desde hace algunos años. Desde allí dio su segundo concierto por streamingel primero fue hace algunas semanas- y esta vez no solo volvió a endulzar los oídos con sones sefardíes, sino que fue un argentino más. Carlos Gardel, Ariel Ramírez y Atahualpa Yupanqui, figuras indiscutibles de nuestra música para el mundo, también fueron parte del repertorio de este concierto de presentación de su nuevo CD, The Best of Gerard Edery Vol. 2: Latin American and Sephardic Songs (Canciones latinoamericanas y sefardíes).

En una atmósfera totalmente intimista -aunque con la distancia debida- y con la calidez que acostumbra usar para dirigirse a su público, Edery fue entretejiendo temas caros al corazón sefardí junto con zambas, chacareras y tangos. Adio querida, una canción originaria de Sarajevo y una de las favoritas del artista, abrió el concierto, seguida de Una tarde de verano, un tema de la España de la época de los moros: buscando una esposa, un joven español se reencuentra con su hermana, secuestrada muchos años atrás por los moros. Siguió Ay, linda amiga, una canción renacentista de Luys Milán, cuyo tema es el amor y la pena que este causa aún si no lo hay.

Una de las más hermosas canciones de Ariel Ramírez, Alfonsina y el mar, abrió el segmento latinoamericano, que Edery interpretó magníficamente. Como digresión, hay que decir que no es fácil percibir a la distancia lo que el público siente cuando el artista canta, pero seguramente a más de uno le habrá rodado alguna lágrima por la mejilla cuando Edery recordó en su canto el triste final de la poetisa argentina. Mi Buenos Aires querido y Volver fueron ocasión para que el artista recordara a su abuelo José, nacido en Buenos Aires. Con Volveré siempre a San Juan, de Ariel Ramírez, Edery expresó su anhelo de conocer esa provincia argentina. Siguió Tomo y obligo, tremendo tango de Gardel con anécdota propia: en los cines donde se exhibía la película Luces de Buenos Aires, el aplauso furioso del público obligaba varias veces al operador a rebobinar esa parte.

Edery recordó también a otro Carlos: el autor de Historia de un amor, el panameño Carlos Almarán, que compuso ese bolero a la muerte de la esposa de su hermano Fernando. Con el siguiente tema, Guitarra, dímelo tú, se permitió compartir una bella anécdota. El año anterior a la muerte de “Don Ata”, ocurrida en 1992, Edery tuvo ese raro privilegio de cantar canciones de su ídolo frente al ídolo, en una cena en honor de Yupanqui en la ciudad de Nueva York.

Luego interpretó La olvidada, también de Yupanqui, y a continuación, Tanguillos, una danza gaditana, fue el eslabón para retomar lo sefardí. Una noche al borde de la mar es una canción búlgara, fue la última canción que tocó con guitarra, pues a partir de allí el saz tomó la posta: Puncha puncha; Fel Shara, una canción en cinco idiomas (griego, árabe, francés, inglés e italiano) que es representativo de cómo el pueblo judío se dispersó por todo el orbe y tomó lenguas varias; y por último La comida la mañana, una canción balcánica con un curioso diálogo entre madre e hija sobre cuestiones del amor.

Canciones latinoamericanas y sefardíes fue un concierto muy sentido, atravesado por una distancia forzosa y por nostalgias diversas, en guitarra y saz y la calidez de un artista, tanto en su voz como en personalidad, con mucho mundo y un pedacito de nuestro país en el corazón. Viviana Aubele

Sitio web de Gerard Edery

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