Sumi Jo (recital lírico) – Cantantes: Sumi Jo, Darío Schmunck – Orquesta: Filarmónica de Buenos Aires – Director: Enrique Arturo Diemecke
Inusual público tuvo el Colón con la presencia de la soprano Sumi Jo. Un elevado porcentaje de la comunidad coreana ocupaba la sala del Teatro Colón –quizás por vez primera-, disfrutando de la celebración de los 50 años de fraternales relaciones con nuestro país, más que por la velada lírica en sí misma, aunque igualmente deseosos de escuchar a tan célebre voz, que contó con la notable dirección orquestal de Enrique Arturo Diemecke.
Hubo aplausos que se adelantaron al final de alguna interpretación, y no trepidaron en fotografiarla con cámaras, celulares y hasta con llamativas tablets (seguramente de Samsung). Así y todo, emociona ver una comunidad brindando tanto apoyo a quien los representa mundialmente.
El histriónico Enrique Arturo Diemecke subió exultante al podio con su habitual y coreográfico salto que termina en brazos abiertos, para comenzar con la Obertura Coriolano de Beethoven. Luego aparecería Sumi Jo para entonar con sublime encanto Caro Nome de la ópera Rigoletto, haciendo gala de su impecable y cristalina emisión, que domina cada nota y juega con interminables y subyugantes pianissimos.
A renglón seguido subió el tenor Darío Schmunck quien hizo Una furtiva lágrima, de L’elisir d’amore de Donizetti y luego se sumó Sumi Jo para encarar juntos Lippen Schweigen, de La Viuda Alegre de Franz Lehár, donde cada uno jugó entretenidamente su rol y hasta Diemecke participó con mucha gracia. Esta bienvenida informalidad siguió su crescendo y el público, a instancias del director, terminó haciendo palmas en el Can Can de Offenbach.
Luego, con mayor impacto lúdico y actoral, Sumi Jo recibió la ayuda de Diemecke cada vez que su personaje de la muñeca de Los Cuentos de Hoffmann se detenía por falta de cuerda al cantar Les oiseaux dans la charmille con potencia, coloratura y perfecta afinación.
Ya en los bises, Schmunck hizo referencia al festejo y cantaron la famosa estrofa de Aurora que habla de la bandera y luego Ari Arirang como un modo de unificar el amor por las tradiciones y el deseo de paz entre Corea del Norte y Corea del Sur.
Todos terminaron entonando, copa en mano, el clásico brindis de La Traviata, mientras un grupo de chicos ataviados con vestimentas típicas entregaban ramos de flores a tan insigne visitante. Martin Wullich
Fue el 3 de septiembre de 2012
Teatro Colón
Libertad 651 – Cap.
(011) 4378-7100
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