ISTANBUL STATE SYMPHONY ORCHESTRA, delicia de Oriente

Magnífica combinación de sabores musicales

Una única noche en Buenos Aires, aunque mil y una noches no alcanzarían para terminar de deleitarse con esta espléndida presentación de la Istanbul State Symphony. una orquesta cuyos orígenes se remontan a principios del siglo XIX, plena época otomana, y de muy rica trayectoria. En esta oportunidad, con la dirección del maestro Milan Turkovic, la orquesta trajo a estas tierras rioplatenses un poco de sabor oriental y otro tanto de Europa. El concierto abrió y cerró con pinceladas de Turquía: la suite para orquesta Telli Turna, de Nevit Kodalli, una breve pero bellísima obra que invita a un viaje imaginario a tierras turcas, y finalmente, como segundo bis de la orquesta, el Esintiler Prelude, de Ferit Tüzun.

Con muchísima sapiencia y no menos pasión, Turkovic—fagotista oriundo de Austria y de raíces croatas—llevó a la orquesta a un diálogo movilizante entre sus músicos y el violín de Vadim Repin, un siberiano nacido en 1971 de enorme virtuosismo, en el Concierto para violín y orquesta No. 1 en sol menor op. 26 de Max Bruch; una pieza que atraviesa momentos intensos y tramos más calmos y conmovedores. Se trata, quizás, de la pieza más popular de Bruch, cuyo manuscrito, según se dice, fue malvendido a cambio de un poco de dinero para paliar las paupérrimas finanzas del compositor. Antes de retirarse del escenario, Repin -de quien Yehudi Menuhim afirmó “es sencillamente el mejor violinista y el más perfecto que he tenido oportunidad de escuchar”- hizo recorrer sus ágiles dedos por el diapasón para regalarle al público el Carnevale di Venezia, de N. Paganini.

El tercer compositor elegido para el repertorio fue Antonin Dvořák, con la Sinfonía No. 8 en sol mayor op. 88, una obra de tono más bien alegre en comparación con otras composiciones del checo y que compite con otra de sus obras, la Sinfonía del Nuevo Mundo, en cuanto a popularidad. Al igual que en el concierto de Bruch, tanto la orquesta como director transmitieron en todo momento los matices que ofrecen la dulzura de los vientos y el ímpetu de los timbales. Como primer bis, Turkovic anunció la obertura de Le nozze di Figaro, de W. A. Mozart. Bello y cálido concierto enmarcado por un orientalísimo savoir en una extrañamente cálida noche del invierno porteño. Viviana Aubele

Fue el 26 de junio de 2017
Teatro Coliseo
Marcelo T. de Alvear 1125 – Cap.
(011) 4816-3780
teatrocoliseo.org.ar

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