El ciudadano modelo – Actúan: Marcelo Mazzarello, Ernesto Claudio, Gabriela Licht, Coral Gabaglio, Gonzalo Urtizberea, Federico Ibarra, Carolina Molini, Emilio Laurito, Julia Urruty, Claudio González – Dirección: Marcelo Mazzarello
En los años sesenta, Joe Rigoli deambulaba episodio tras episodio del programa cómico La tuerca intentando infructuosamente obtener una habilitación para plantar un arbolito en la puerta de su casa. El empleado municipal (Tino Pascali) lo enloquecía con una serie de pedidos de formularios y vueltas varias irrealizables. Sesenta años más tarde, la burocracia argentina, por ahora, goza de muy buena salud. Este asunto (y de otros más posmodernos) es el blanco de la mordaz crítica de Marcelo Mazzarello en El ciudadano modelo, su ópera prima.
Raúl Echagüe (Mazzarello), argentino clase media, tiene un empleo, el de docente. También tiene un sueño: abrir un local de tango para ayudar a difundir la cultura nacional. De eso depende su potencial boda con su novia (Gabriela Licht). Aunque el asunto parezca pan comido, Echagüe irá descendiendo forzosamente a los distintos niveles del averno de la burocracia argentina. En un recinto que no solo huele a vetusto, sino que destila decadencia, el empleado municipal (Ernesto Claudio), luciendo un delantal azul demodé, ejerce un poder totalitario gracias a formularios, sellos, números para turno e interminables preguntas que rayan en lo indiscreto o lo absurdo. El destino del sueño de Echagüe quedará en manos de una psicóloga (Coral Gabaglio) y un abogado (Gonzalo Urtizberea), ella de dudoso equilibrio mental, él de dudosa integridad moral.
El final es una vuelta de tuerca inesperada, y aunque hilarantemente grotesca, resuelve el conflicto con eficacia. No solo Mazzarello se atreve a llevar la caricatura de la burocracia estatal a extremos irrisorios, sino que incorpora temáticas de esta posmodernidad que pretende configurar al Übermensch, que apunta a moldear “un mundo feliz”; una posmodernidad que, al final de cuentas, trata de imponer las cualidades ideales del ciudadano modelo, a imagen y semejanza del poder de turno.
En menos de una hora, Marcelo Mazzarello logra captar la esencia del burócrata argentino y del inveterado sistema que complica la vida del argentino promedio. El elenco es impecable, del primero al último. Las locaciones donde transcurre el trámite de Echagüe fueron muy bien elegidas: un descenso por largas y sinuosas escaleras, entornos apretujados, dejadez por todas partes, todo contribuye a causar el efecto deseado. Es un gran mérito del actor en su primera incursión como director, que no necesitó apelar a subsidios para generar un producto de calidad. Viviana Aubele
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