El musical que escribió Leandro Gazzia es una muy libre adaptación del clásico de Jorge Amado, de modo que es importante verlo y disfrutarlo como una historia en si misma, sin pretender compararlo con el libro o la película.
En la ficción hay un autor que comienza escribiendo un libro y lo termina cuando finaliza la obra. Así es como piensa y se pregunta el derrotero que podrían tomar sus personajes mientras, a través de la narración, maneja las escenas siempre comentándolas con el público. El relato muestra un marido que vuelve después de la muerte a continuar su vida de juerga, parranda y sexo, complicando por momentos -aunque alegrando por otros- la existencia de su ex mujer, quien ha unido su corazón con un hombre de carácter muy distinto. A ambos los quiere por igual. Lo que extraña de uno lo tiene en el otro.
La puesta es destacable en las escenas musicales, sobre todo aquellas que ponen cierto énfasis en el erotismo, sin llegar a mostrar más que algunas colas, e insinúa escenas sexuales y orgiásticas dejando más lugar a la imaginación que al ojo mismo. Hay una interesante estética lograda por el vestuario y algunas coreografías, a la que se suma una sencilla pero atrayente escenografía, apoyada por algunas proyecciones.
Daniel Fernández ha dirigido con precisión al elenco, marcando el carácter de cada uno. Hay dos actuaciones muy destacables: María Concepción César compone a la madre de Doña Flor con mucha chispa y ocurrencia, sin dejar de lado su natural elegancia, mientras brinda extravagantes y temerarios consejos a su hija; en tanto Marcelo Mazzarello convierte la inocente pacatería del segundo marido en momentos muy jocosos, con notable elocuencia gestual y corporal. Hay también un personaje llamativamente sugerente, ambigüo y provocador –la muerte-, estupendamente corporizado por Leandro Gazzia, quien se luce en sus coreográficos movimientos. Miguel Habud aporta un fresco halo de desvergüenza tal como requiere el seductor Vadinho, en tanto Emme compone con dignidad a la florida protagonista del título.
La música de Eduardo Blacher, junto al original O que será de Chico Buarque y Milton Nascimento, es animada y acorde a los momentos que acompaña. La iluminación de Ariel Greblo se luciría más si no dejara algunas zonas oscuras, sobre todo cuando los artistas avanzan hacia el proscenio. Martin Wullich
Se dio hasta marzo 2009
Teatro Broadway
Av. Corrientes 1155
(011) 4382-5666
Daniel Fernández en este Portal
Comentarios