Los juegos de palabras, la música, las creativas imágenes, los diálogos lúdicos, los colores, la gracia de los intérpretes y la respuesta del mismo público conforman la simpática propuesta de Marcelo Katz, que codirige junto a Hernán Carbón. Un extravagante profesor de castizo acento explica los diferentes tipos de besos, que son actuados por una pareja. Claro que el subconsciente de ambos está representado por sombras que dicen lo que en realidad piensan y no delatan los diálogos ni sus pacatas acciones.
Esas sombras se transforman también en iluminadas pelotitas que, saltando de mano en mano, maneja mágicamente uno de ellos con la complicidad de otro. Entre tanto, entonan canciones que relatan la amargura y el dulzor del título o, en ocasiones, la llamativa unión de ambos sabores con sus amorosos sinsabores, siempre en aras del amor que por momentos encontrarán, en otros los frustrarán, por otros delirarán, y cuando llegue no lo querrán.
Katz, siempre con humor pícaro, no desdeña palabras que en ocasiones podrían sonar soeces, adquiriendo un efecto de mucha gracia, en el universo de un texto y marcaciones especialmente delineadas para el arte del clown. Ese es su sello, como en sus otros espectáculos –Aguas, Aires, Ilusos– pensado para divertir a chicos y grandes, jugando desprejuiciadamente.
El cuarteto de intérpretes brilla en su colorido y delirante vestuario, con particular lucimiento de la voz de Virginia Kaufmann, y la gracia, el desparpajo y el notable histrionismo de Julieta Carrera. Hay erotismo y locura, ingenio y creatividad, transparencia y poesía, irreverencia y picardía. Martin Wullich
Se dió hasta Abril 2010
Ciudad Cultural Konex
Sarmiento 3131 – Cap.
(011) 4864-3200
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