PEQUEÑAS INFIDELIDADES, un contrapunto vertiginoso

El mordaz libro de Mario Diament permite el lucimiento actoral

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PEQUEÑAS INFIDELIDADES, un contrapunto vertiginoso

Actúan: Marcela Ferradás, Horacio Peña – Vestuario: Pepe Uría – Escenografía: Daniel Feijóo – Autor: Mario Diament – Director: Manuel González Gil

¿Cómo saber cuándo se termina una relación y se puede dar lugar a la siguiente?¿ Qué pasa si dos relaciones se superponen? ¿Y si se generan triángulos amorosos o interrelaciones aún más complejas? El momento que uno considera de mayor felicidad, esa foto perfecta de la pareja que parece pintar su apogeo, genera sospechas. Un cuadro removido de un departamento en venta deja sus huellas, como también deja marcas el recorrido de una relación, el peso de lo ausente supera al de lo presente.

La conversación entre Emma y Alejandro se da veinte años después de su ruptura, por un encuentro casual. El diálogo va avanzando hasta terminar en terrenos dudosos, donde la fragilidad de lo que los une empieza a acentuarse cada vez más, dejando todo a la intemperie, incluso lo que más duele. Los fracasos personales de Alejandro se ponen de relieve aun cuando él quiere vender una imagen exitosa de sí mismo. Emma pretende aferrarse a un amor que fue arruinado por la infidelidad pero más que nada por el cansancio cotidiano, el hastío.

Hay un componente de cualquier novela de suspenso, como si se quisiera encontrar al culpable de la ruptura. Se buscan evidencias, mas no se encuentra a simple vista ningún detonante que justifique el fin de la relación. Será cuestión de ir indagando en esta especie de thriller sobre los sentimientos o novela detectivesca. Los detectives son Emma y Alejandro, tratando de reconstruir un edificio coherente a partir de las ruinas de lo que una vez fue.

En un momento este drama, en donde venía primando lo cómico, se convierte en algo más. Entonces la trama se complica y ya no será tan fácil diferenciar a los culpables de los inocentes. Luego de varias copas de alcohol, la desinhibición les jugará en contra. Entonces no podrán controlar esas palabras filosas. Lo más difícil de todo será reconstruir una historia pasada, sin herir a sus protagonistas durante el proceso. Quizás una tarea imposible.

Cabría pensar en la figura del iceberg propuesta por el escritor Ernest Hemingway: la parte más importante queda bajo la superficie. En este sentido, los personajes escarban debajo de lo visible para encontrar, en las profundidades de la memoria, la información vital para determinar el futuro del vínculo.

Muy buen trabajo en la dirección a cargo de Manuel González Gil, quien sabe rescatar los mejores momentos dramáticos de este guión mordaz de Mario Diament y logra que las escenas mantengan un equilibrio, que la comedia fluya y que la agresividad pueda permearse en forma casi imperceptible pero in crescendo. Las actuaciones atrapantes mantienen al espectador pegado a la butaca tensamente a lo largo de toda la obra. El contrapunto logrado por Marcela Ferradás y Horacio Peña consigue un impacto rotundo. La información relevante se va dando en cuentagotas. El ritmo se acelera y el coqueteo del comienzo, que promete un registro liviano y entretenido, va tomando otros matices. Milly Vázquez

Sábados a las 20 y a las 22
El Teatro El Tinglado
Mario Bravo 948 – Cap.
(011) 4863-1188
teatroeltinglado.com.ar

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