DEJANDO SANTOS DUMONT, de Martín Ayos

Un original libro de poesías y fragmentos

La abundancia tiene sus contradicciones. Por ejemplo, es de celebrar que sean muchos los libros que uno podría leer y reseñar. Pero eso nos pone ante la circunstancia de tener que explicar por qué, habiendo tantos libros pasibles de ser reseñados, nos detenemos puntualmente en este pequeño volumen, Dejando Santos Dumont, firmado por Martín Ayos.

Tenemos nuestros motivos. No tienen que ver tanto con la obra en sí misma, sino con las circunstancias que hicieron que ella llegase hasta nuestras manos, como reclamando -por suerte- que le prestáramos atención. Esa será una historia que no contaremos, por cierto, pero es bueno que el lector sepa que esa historia existe.

“El horror no es el vacío, sino lo lleno en el vacío: lo complejo, lo minúsculo, lo insistente, lo indecible… lo que no se puede callar, a costa de decirlo todo, de no darle ningún nombre”.

Dejando Santos Dumont es una obra fragmentaria. En cierto punto hasta irreverente en su forma, casi provocativa. Porque Ayos parece desafiar al lector a encontrar el sentido que se esconde detrás de estos fragmentos, que ni siquiera llegan a constituir un rompecabezas. Sin embargo, del mismo modo en que un grano de arena encierra la naturaleza completa de un mineral, la esencia de lo que el autor pretende decir está presente en forma plena en cada uno de los fragmentos que integran este libro.

“Ningún símbolo, ninguna señal. Acaso, una seña imperceptible en tu rostro, un movimiento microscópico en la comisura de tus labios. A veces, una lágrima. Quizás, un signo de interrogación. Un punto. Es de noche. Afuera, llueve”.

Cada página impar del libro presenta uno o más de estos textos, que en la página opuesta se reflejan traducidos al portugués. Aparecen además, regados aquí y allá, otros fragmentos igualmente breves, en forma de partitura. Apenas un motivo musical mínimo, a veces no más que una célula, debida en este caso a otro Ayos: Guillermo.  Los dos hermanos componen así un curioso collage que parece invitar a detenernos, a prestar atención al detalle, como afirmando que en muy pocas palabras o sonidos es posible encerrar un sentido.

“Aunque existiera un fin, dicho o no dicho, certero o supuesto, lo desconocido, lo todavía por decir, siempre, te salvaría a tiempo”.

Después de varias páginas de frases-así-como-sueltas, ordenadas sin embargo de un modo tal que su lectura nos va conduciendo de a poco hacia una consistencia cada vez mayor, llegan los poemas. En ellos se revela con  claridad la capacidad literaria del autor, y el lector acaso comprende que todo lo anterior no deja de ser también, aunque en otro formato, poesía.

Nos seduce de hecho pensar que buena parte del material previo a esta sección oculte poemas germinales, dejados allí con la secreta intención de impulsar al lector a atreverse a buscar para ellos una forma que los complete. Por supuesto, Ayos hace su parte:

“Desperté solo,
con la boca todavía llena de noche,
con la imagen de una selva incesante,
de una desmesura que me atravesaba el cuerpo;
preguntándome, como todos:
¿quién era yo?
¿qué había sido del mundo?”

La poesía, después de todo, no es otra cosa que una constante interrogación acerca de nuestra propia identidad y del lugar que ocupamos en el universo. Qué somos, quiénes somos, y qué hacer con eso durante el tiempo que nos es dado. El resto del juego -¡como si lo anterior fuese poca cosa!- es intentar poner estos dilemas en palabras con belleza. Este libro no trata de ninguna otra cosa más que de eso.  Germán A. Serain

Dejando Santos Dumont
Martín Ayos
Buenos Aires Poetry
73 páginas

Martín Ayos (Remedios de Escalada, Argentina, 1971): Tiene varios trabajos publicados como poeta, entre los cuales se destacan X (Ediciones Estigia 2000), Caos o Naturaleza (2011) y Dejando Santos Dumont (2017). Desde 1995 publica regularmente artículos y piezas literarias en revistas de filosofía como Arjé (Uruguay) y Pliegues (Buenos Aires), y en numerosos fanzines y periódicos under. Parte de su trabajo puede verse en su blog personal.

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