Un policial se compone de ciertos elementos típicos. Un detective perspicaz y por lo general culto, un ayudante que oficia de confidente y narrador de la historia, una institución policial por lo general con muy pocas luces, algunas pistas que a veces despistan, uno o más occisos, sospechosos que resultan ser inocentes y viceversa.
Así, el género, iniciado por la trilogía de Edgar A. Poe conformada por Los crímenes de la calle Morgue, El caso de Marie Roget y La carta robada, fue evolucionando y ramificándose en otras vertientes, como el policial negro, representado por Raymond Chandler y su personaje Philip Marlowe, o los subgéneros más locales, como La muerte y la brújula, de Jorge Luis Borges, donde ciertas convenciones se invierten.
En Los vecinos mueren en las novelas (2000), de Sergio Aguirre, escritor y psicólogo cordobés nacido en 1961, hay poco de lo arriba indicado. Sí, claro, hay uno o más asesinatos. Pero no hay detectives ni policías. El encargado de develar los misterios de esta historia es un mediocre escritor de novelas policiales, John Bland, cuyo apellido ya prefigura un posible devenir de la trama (bland en inglés significa “insípido, anodino, insulso”).
En un alejado y solitario punto de la campiña inglesa donde se ha instalado con su esposa, el escritor Bland decide ir a presentarse con su nueva y única vecina, Emma Greenwold, una anciana apasionada por el género policial que, con la excusa de darle ideas para una futura próxima novela, envuelve a Bland en un relato que dispara una suerte de “contra-relato” de Bland y el desenlace definitivo que impulsa la anciana. La trama llevará al escritor protagonista a un giro que posiblemente remita al lector al cuento citado de Borges. Lo psicológico también entra en juego: ¿quién es, en realidad, la afable señora Greenwold? ¿Qué pasa por la mente de la amante de Robert? ¿Qué tipo de personalidad tiene este último?
Paranoia, reveses y vueltas de tuerca inesperadas también son ingredientes de esta novela que se encuadra, en principio, en la categoría de literatura juvenil —de hecho, la novela figura como material de lectura obligatorio en los planes de estudios de los colegios del país— pero que saca a relucir cuestiones que pasan por la psiquis del ser humano. Los vecinos mueren en las novelas, que ha sido adaptada para teatro, quizás parezca, en sus primeros capítulos, “una historia más”; pero recomendamos al lector que tenga paciencia y que prosiga con la lectura, pues las cosas se tornarán más que interesantes. Viviana Aubele
Los vecinos mueren en las novelas
Sergio Aguirre
136 páginas
Editorial Norma
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Sergio Aguirre nació en Córdoba, Argentina, en 1961. Es escritor y psicólogo. Su primer libro La venganza de la vaca recibió el Accésit del Premio Latinoamericano de Literatura Infantil y Juvenil Norma-Fundalectura 1998. Ha publicado, además, Los vecinos mueren en las novelas y El misterio de Crantock.
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