GUAPA, Amelia Bence

Reflexiones sobre "Alfonsina, el mar y yo"

Horacio San Yar, Amelia Bence y Martin Wullich

Amelia Bence tiene 99 años. Y cada domingo encarna el personaje de Alfonsina Storni en una pequeña sala del histórico teatro Maipo de Buenos Aires. Martin Wullich la acompaña apuntando datos biográficos de la legendaria poetisa que supo tener su carácter. Horacio San Yar acompaña a Amelia cuando canta y crea especiales climas con el piano.

Amelia la representa con holgura, con genuina fibra de una mujer que sabe de qué habla, de qué escribe. La voz de Amelia bien podría ser la de Alfonsina, ambas atravesadas por la daga de la expresión artística. Hay tanta vida en la voz de Amelia como la hay en las palabras de Alfonsina.

Martin, como la sombra de su alma, traza el perfil de una mujer arrollada por una refinada y libre percepción. El espíritu de libertad flota en el aire escénico; es el que da coraje a Martin, fuerza y gracia a Amelia, que renace de su centenar de vueltas en la Tierra, alrededor del sol, enardecida por los sueños de valientes creadores, cambiando de piel y de historias, gambeteando el implacable paso de un tiempo sin rostro.

Alfonsina, ya libre, será feliz con esta representación, evocada desde el corazón de una jardinera de la expresión honda, certera, inmortal. Hablo de Amelia Bence, guapa linda. Silvia Bonetti

Funciones suspendidas en 2010 por
problemas de salud de Amelia Bence
Teatro Maipo
Esmeralda 443 – Cap.
(011) 4322-4882 / 8238
Alfonsina, el mar y yo
Cine nacional

De Clarín Espectáculos:
Amelia Bence había nacido cuando faltaban todavía dos décadas para la primera película argentina sonora -y 40 años para la primera transmisión por televisión-. Era la actriz viva más longeva de la cinematografía argentina. “Se trata de una buena muerte entre comillas, porque fue una larga y fantástica vida. Lo que se perdió es a una figura de un nivel de estrellato que ya no existe, de la época del teléfono blanco”, se emociona Graciela Borges. “Nadie sobrevive tantos años en el mundo artístico solamente por su ojos lindos. Lo suyo era belleza no tradicional más personalidad. Hasta hace unos años nos juntábamos a tomar un café por Avenida del Libertador y me impresionaba: la piel limpia, y apenas una raya negra para resaltar esos ojazos”.

El misterio de su verdadera edad se va con ella: ¿nació efectivamente el 13 de noviembre de 1914, o había logrado engañar a todos? El mito indica que con su astucia había podido dibujarle “una patita” al 11, para que figurara como 14. “Como buena diva tenía ese encanto de la duda. Se habló, incluso, de que había nacido en 1910. La edad de Amelia será siempre una incógnita, como la de Carlos Gardel”, aporta Jorge Lafauci.

 

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