EL GATO QUE PESCA, farsa mágica y reflexiva

En esta Interesante trabajo de Gastón Cerana con un convincente trío actoral

El gato que pescaActúan: Diego Alcalá, Hernán Muñoa y Horacio San Yar – Coreografía: Diego Bros – Libro, música y dirección: Gastón Cerana

Autor del libro, de la música, de la puesta en escena y de la dirección, Gastón Cerana nos propone una tragicomedia basada en una fábula. El Gato que pesca era un amuleto que, según cuentan, se vendía por la zona de Tigre y solía traer buena suerte. No es el caso de lo que le ocurre al niño Jovín Ríodulce, quien deportado de una región bombardeada en Irak, ha sido comprado por un vivillo estafador, que lo usa como sirviente y mancebo, y es la carnada para sus potenciales y millonarias víctimas. En tono de farsa, los actores comienzan contando al público la historia de lo que van a representar, haciéndolo cómplice e integrándolo con pedidos de aplausos o también con reflexiones sobre los planteos de la obra. Van creando así la historia, dándole por momentos el tinte de una comedia musical, con toques grotescos, oscilando constantemente entre la risa y el melodrama.

El niño Jovín transmite ternura e inocencia, sin preocuparle su tarea de falsa seducción con tal de tener techo, comida y algo de cariño. Pero ese cariño nunca será correspondido por el tránsfuga embaucador, quien además lo castigará cuando no logre su cometido. Sus expresiones, movimientos corporales, gestos y una cálida voz que también entonará sus ideales y necesidades, encuentran en Horacio San Yar un intérprete ideal, que se mueve como pez en el agua, en la recreación del personaje. Finalmente logrará encontrar su propio mundo –donde mucho tendrá que ver el famoso gato-, generando uno de los más mágicos momentos de la propuesta.

Hernán Muñoa compone al Licenciado Magno, quien ya desde su título nos propone un crápula perfecto, timador, quintaesencia del chanta argentino, demostrando su capacidad actoral en el devenir de la farsa. Hacia el final de este teatro dentro del teatro, intentará convencernos de que no es una mala persona, sino un buscón profesional que se jacta de serlo, cumpliendo a rajatabla la misión que tiene en su vida. El mismísimo Gato que pesca está a cargo de Diego Alcalá, quien además encara otros personajes, entre los que se cuentan las víctimas de Magno. Su notable histrionismo se pone de manifiesto en cada uno de los papeles, generando un intenso vínculo con el público que participa de esta farsa.

El texto de Cerana –que brilla con su propia dirección- nos propone un ideal de libertad, en un mundo donde parecería que la dependencia de muchos seres humanos tiene siempre un precio que pagar. Y lo pagará en esta vida, que -parafraseando a García Lorca- no es noble, ni buena, ni sagrada.  Martin Wullich

Se dio hasta el 9 de agosto 2008
Teatro La Comedia
(cerró en 2020)

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