Dos amigos entrañables y compañeros de su programa de radio, Abono 1110, lo presentan con cariño y admiración. Alicia Petti y Charly Casares elogian el profesionalismo del conductor y el talento del músico. La sala de la Fundación Beethoven rompe en un aplauso. Desde el momento mismo en que pisa el escenario, la sonrisa de Martín Leopoldo Díaz marca su inenarrable alegría, su ansiedad por domar las teclas del piano que lo espera, su pasión por la música que transmitirá con profundo sentimiento.
El hombre oriundo de Pehuajó -recibido con Medalla de Oro en el Conservatorio López Buchardo- se sienta sin preámbulos y sus manos se deslizan por el teclado, imprimiendo el carácter preciso indicado por Villoldo o Expósito, Di Sarli o Canaro, Stamponi o Mores. Los Tangos, Valses y Milongas que conforman el título de su concierto solista no han sido elegidos al azar.
Martín tiene un sinfín de razones para poner todo de sí en la interpretación. Algunos le recuerdan momentos de vida, otros son preferidos de sus amigos, muchos le han marcado una huella nostálgica o le generan una sonrisa cómplice en el relato del autor.
Malena comienza el desfile seguido por El porteñito. Hay Tiempos viejos que rememora A media luz, y una Bahía Blanca con aquel Caserón de Tejas y un Pedacito de Cielo. Del mismo modo en que juego con el texto, Martín Leopoldo Díaz une melodías y recuerdos contados desde el alma. Ese es su sello, su transparencia y autenticidad, su total entrega.
Entre los asistentes, en la fila 2, disfrutando del concierto con notable emoción, está sentado uno de nuestros grandes tenores: Darío Volonté, quien aplaudiendo de pié al final del concierto, acepta la invitación de Díaz a subir al escenario. Así, sorpresiva e improvisadamente, nos regalan fuera de programa El día que me quieras en una versión conmovedora. Precioso final para un recital pleno de matices con alma rioplatense. Martin Wullich
Fue el 3 de junio de 2017
Fundación Beethoven
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