GROBOCOPATEL Y HERNÁNDEZ, canción de la tierra

Arpeggio inició su segundo Festival de invierno en el Templo Libertad

Dentro de la tradición de la música académica, la canción con acompañamiento de piano, tal como lo hicieron Grobocopatel y Hernández, ocupa un lugar particularmente destacado. Nacida en Europa durante la época clásica, esta especie tuvo un particular auge durante el renacimiento, con notables exponentes como Franz Schubert, Robert Schumann, Johannes Brahms, Hugo Wolf, o más tardíamente Gustav Mahler o Richard Strauss. En Alemania surgió incluso un término específico para hacer referencia a esta especie y comenzó a hablarse del lied. Pero también en Francia, España, Inglaterra y otros lugares, en cada caso con sus matices, esta variedad musical cobró ímpetu. Alejada en lo geográfico, pero no en lo cultural, Argentina no quedó al margen de esta tendencia, si bien también en nuestro caso los antes mencionados matices estuvieron presentes.

En nuestro contexto, destacados compositores de formación clásica como Alberto Ginastera, Carlos Guastavino o Carlos López Buchardo, por mencionar algunos, se dedicaron a componer canciones de marcada inspiración folclórica, sumando así aportes a un cancionero que de a poco comenzó a quedar integrado, sin una distinción notable, por piezas vinculadas ora más a lo académico, ora más a lo popular. En el recital que nos ocupa, los nombres de Atahualpa Yupanqui, Gustavo Leguizamón, Cesar Isella o Armando Tejada Gómez compartieron un mismo programa con los tres compositores citados al comienzo de este párrafo, sin que se notasen altibajos ni discontinuidades musicales.

Más allá de que alguna vez Gustavo Grobocopatel se definió a sí mismo como un músico que tiene como hobby ser empresario agropecuario, lo cierto es que cuando canta lo hace con toda evidencia desde el placer de quien ha encontrado en la música un objetivo personal, ajeno a la necesidad de gestar una carrera profesional para vivir del arte. Así las cosas, esta condición se proyecta en una expresividad y una calidez notables, que se revelan asimismo auténticas. Lo acompañó desde el piano Gustavo Hernández, quien además realizó un aporte puramente instrumental al improvisar con mucho ingenio sobre distintas melodías folclóricas que le fueron propuestas en el momento por el propio público.

Con Grobocopatel y Hernández quedó inaugurado el 2do. Festival de Invierno que propone Arpeggio en el Templo Libertad, que prosigue todos los martes del mes de julio, siempre a las 19 y con entrada gratuita. Los protagonistas de los encuentros siguientes serán Elías Gurevich en violín y Cesar Lerner en piano, acordeón y percusión (11), los hermanos Nicolás y Alejandro Guerschberg en piano y bandoneón (18), para cerrar el ciclo una gala lírica a cargo de la soprano Rocío Cereceda, el tenor Fermín Prieto y María José Maito al piano (25). Germán A. Serain

Fue el 4 de julio de 2017
Templo Libertad
Libertad 769 – Cap.
arpeggio.fm

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