Cantar es inherente al ser humano, sea hombre o mujer y sin distinción de edad, fronteras ni estatus de ningún tipo. Cantar es vida; difícil sería pensar qué pasaría si algún designio maléfico nos privara de algo tan bello, tan sublime y sanador como el canto; algo que nos eleva, nos renueva, y quién dice, nos acerca a Dios, pues, como decía San Agustín, quien canta, ora dos veces. En la Biblia, el rey David compuso alrededor de setenta de los ciento cincuenta que conforman el libro de los Salmos. “Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra” comienza el salmo 100, y el último capítulo del libro de los Salmos es un llamado a todo lo que respira a que alabe a Dios y con instrumentos: shofar, arpa, pandero, flautas, cuerdas, címbalos. Así lo tienen de claro las integrantes de Siervas.
De eso se trata. Ivonne (voz, guitarra eléctrica), Dayana (voz), Teresa (bajo), Paula (batería), Arisa (violín), Jessica (clarinete), Daniela (percusión), Camila (guitarra eléctrica), y Kathleen (teclado) son monjas que integran la congregación Siervas del Plan de Dios. Hace alrededor de seis años, las monjas se dieron cuenta de que no solo las unía una vocación de servicio, sino que con el canto y la música podían llegar mejor al corazón de la gente. Y entonces nació Siervas. La banda contaba en sus inicios con sor Andrea, la única argentina de la agrupación.
Con letras sencillas pero profundas, melodías vibrantes de pop latino y rock, y muchísimo encanto y pasión por las almas, las hermanas, cuya congregación está en Perú, han dado conciertos por América Latina y también por Estados Unidos. Solo su video más famoso, Hoy despierto, tiene a la fecha más de 4 millones de visualizaciones en YouTube desde que fue subido en 2016. Al momento, Siervas ha grabado dos CDs, Hoy despierto y Ansias que queman. El dinero de lo recaudado por sus conciertos y por las ventas de sus álbumes se destina exclusivamente a fines benéficos.
La pandemia no las ha detenido, ni les ha quitado las ganas de seguir sirviendo a través de la música. Los medios digitales tan en boga durante estos tiempos de cuarentena les han servido para seguir difundiendo su música con conciertos en línea, además de ofrecer otros tipos de recursos con que llegar a las personas: charlas, grupos de oración, etcétera. Por otra parte, a fines de noviembre último salió su nuevo tema, Somos hermanos, con mucho ritmo y desbordante de optimismo. Fe sencilla, sin vueltas, pero que conmueve.
Durante la Edad Media, se prohibió a la mujer cantar en las iglesias, prohibición que se extendió con el tiempo a la participación femenina en los escenarios; tal normativa fue el caldo de cultivo para el surgimiento y apogeo de los castrati. Una exégesis desacertada de un texto paulino en el Nuevo Testamento (1 Corintios 14:34-35) privó a los fieles de las bellas voces femeninas en la adoración durante varios siglos. Todo tiene su tiempo, dice el Eclesiastés, y hoy es tiempo de que todos, varón o mujer, canten con el espíritu y con el entendimiento. Viviana Aubele
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