MUJERES AL FRENTE, testimonios silenciados

Historias no conocidas de mujeres durante la Guerra de Malvinas

Mujeres al frenteIntérpretes: Miriam Simcovich, Alicia Strupeni – Sonido: Ana Fernández – Vestuario: Gabatheatre – Material fílmico de Malvinas: Silvia Copello – Dramaturgia y Dirección: Gabriela Aguad

Lo bélico suele ser asociado con lo masculino. La crudeza de las vivencias en la guerra nos hace pensar que es asunto solo para hombres, y quizás lo que se ve en las películas ayude a afirmar esa impresión. La Argentina se embarcó hace 39 años en una lucha desigual de la que saldría con infinitas penas y ninguna gloria, con secuelas que no se van con nada. Por más que una calle de Buenos Aires haya sido renombrada Combatientes de Malvinas, por más que la calle Inglaterra haya sido renombrada 2 de Abril, no hay homenaje que borre ni cierre las heridas.

El silencio y la indiferencia tampoco son alicientes y terminan por implosionar en el alma de quienes vivieron algo tan difícil de poner en palabras. Hay historias no conocidas de personas aún más anónimas que los combatientes pero que estuvieron, de todos modos, en el frente. Se trata de mujeres que dejaron sus familias, sus trabajos, sus vidas. Si poco se habla de los que estuvieron en la línea de fuego, menos se habla de ellas. O prácticamente, no se sabe que estuvieron allí.

En Mujeres al frente, Alicia Strupeni y Miriam Simcovich nos cuentan historias reales de mujeres reales: instrumentadoras quirúrgicas, voluntarias, operadoras de radio, enfermeras. Sobre la base de testimonios de primera mano, las narradoras nos llevan casi cuarenta años en el pasado y hacen sentir el frío en el alma, el ruido de las bombas, el sufrimiento de los soldados heridos, la agobiante tristeza de esas mujeres, el viento helado, las infinitas estrellas reflejadas en el mar y los aviones de combate volando a ras del agua.

Durante los casi sesenta minutos que dura Mujeres al frente, es imposible no sentir un atroz nudo en la garganta mientras escuchamos estas historias con dramaturgia de Gabriela Aguad. Silvia, Liliana, Stella Maris, son solo algunos nombres de los muchos que quedaron silenciados, cuyas historias hubiesen quedado en el olvido, de no ser por este trabajo que recupera sus testimonios y nos moviliza en lo más profundo.

Si la mirada de la mujer es fundamental para que la realidad de la guerra cale hasta los tuétanos, más lo es la mirada de una niña. La historia de Gabriela, una alumna de sexto grado que escribió una carta al “soldado anónimo”, y Daniel, ese soldado que recibió la carta y terminó trabando una entrañable relación con la niña y su familia, parece un diamante pulido en medio de tanta escoria, en medio de tantas historias que resaltan lo absurdo de la guerra.

El ruido de las olas del álgido mar que recibe a los espectadores mientras estos toman sus lugares crea el clima, y la cuestión de los recuerdos que quedan, con el paso de los años, cada vez más pequeños pueden verse en los barquitos de papel que están distribuidos en el escenario. El espacio de la sala hace sentir al espectador que lo que discurre allí es una charla íntima entre las protagonistas, canalizadas en las voces de Alicia y Miriam.

Es como si  las narradoras nos estuvieran confiando algo de lo que no se habla o no se puede hablar y rompen un silencio de radio inexplicable que ha acechado a estas mujeres, hasta ahora desconocidas, durante décadas. Viviana Aubele

Se dio hasta mayo 2022
Teatro del Pasillo
Colombres 35 – Cap.
(011) 4981-5167
Whatsapp (011) 5114-0524
delpasilloteatro.com.ar
Gabriela Aguad en Alternativa
Mujeres al frente en Instagram

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