La pareja se instala en la ciudad. Inesperadamente el joven muere y queda atrapado entre los mortales. Entre traición y desengaños descubre a su propio asesino y hace lo posible por salvar del peligro a su prometida. Desconsolado ante la situación encuentra una médium de falsas prácticas, aterrada ante esta aparición verdadera, quien sin embargo descubre sus poderes psíquicos ocultos y se alista para la batalla.
Esta producción de Ghost, realizada en Argentina dispone de recursos técnicos de menor complejidad que en otras puestas como las de Broadway o Londres, aunque su guión es bastante conocido por el público. El talento artístico y la dirección de Marcelo Rosa provocan la empatía con los personajes de la historia que cautiva y entretiene.
Con un libro basado en una propuesta absolutamente cinematográfica, sobresalen la exigencia del dinamismo, las transiciones y el apoyo multimedia de muy buena calidad, responsabilidad de Rogelio Adobbati y Nicolás Moreno, jugando un papel preponderante en la resolución de cada detalle y la magia que se requiere en este contexto argumental. Cada espacio -el apartamento, el subte, la casa de la médium, las calles de New York- ha sido recreado impecablemente.
En el preparado elenco se destacan Natalia Cociuffo, quien compone el recordado personaje Oda Mae Brown – interpretado en el film por Whoopi Goldberg– y en brillante composición se apropia de cada escena, aportando el ritmo necesario desde su aparición. Ivonne Guzmán y Eugenia Gil Rodríguez, como sus asistentes, la secundan fantásticamente.
Los protagonistas principales entablan un vínculo sin diálogos, donde la simpatía actoral de Matías Mayer transmite la ansiedad, angustia y necesidad por hacerse entender. Es en las canciones donde expresa mayor sentimiento. Jennifer Schomberger, entre la melancolía y soledad del personaje, tiene canciones exigidas, de las que sale airosa y se luce en la línea dramática de la historia.
Rodolfo Valss interpreta un fantasma que cumpla la tarea de informar sobre el limbo en que están atrapados. Con su innegable calidad actoral y dueño de una voz notable, respalda musicalmente la puesta de Rosa.
También se destacan Marcos Gorosito, como el fantasma del subte, en un rol de intensa exigencia musical y actoral, marcando la debilidad y el rencor que lo desbordan al tratar de romper la pared de la vida, y Luciano Bassi, como el villano que conspira contra su amigo, en un trabajo seguro y efectivo.
Las coreografías del ensamble dirigido por Alejandro Ibarra, son funcionales y aportan agilidad visual a las transiciones entre escenas. El vestuario de Juana Repetto y Paz Perez Rojas es singualar y muy apropiado a cada instante, con realce en las delirantes e imperdibles apariciones de la medium.
La adaptación de Marcelo Kotliar cumple un factor fundamental, ya que la letra de la versión original no es muy elaborada. Kotliar le dio interesantes matices, no solo a las canciones sino al guión central. En tanto, el maestro Gerado Gardelin llevó adelante un notable trabajo sobre las voces de los actores para ensamblar con la excelente orquesta por él dirigida.
La iluminación de Gonzalo González aporta precisos momentos de magia. Sin embargo, la luz proveniente del lateral donde se ubica la orquesta provoca la pérdida de algunos efectos especiales, a causa del reflejo que provoca. Sin ostentaciones ni grandes despliegues, Ghost (el musical) logra su objetivo con excelentes resultados. Sergio Boaglio
Se dio hasta fin 2015
Teatro Metropolitan
Av. Corrientes 1343 – Cap.
(011) 5277-0500
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