RENT, deleitable puesta en escena

Rent – Intérpretes: Andrés Bagg, Laura Conforte, Angel Hernández, Florencia Otero, Martin Repetto, Pablo Sultani, Germán Tripel, Déborah Turza – Escenografìa: Facundo Lozano, Ana Repetto – Sonido: Guillermo López – Vestuario: Walter Jara – Iluminación: Sandro Pujía – Coreografía: Gustavo Carrizo – Libro y Música: Jonathan Larson – Dirección musical: Gaby Goldman – Puesta en escena: Valeria Ambrosio

Nada menos que en La Bohème, de Giacomo Puccini, se basó Jonathan Larson para crear Rent. En la primera los protagonistas son bohemios, y el drama es la tuberculosis. En la segunda son artistas, y el drama es el sida (HIV). Ellos serán perseguidos para pagar el alquiler –la renta del título- por un capitalista sin escrúpulos. En algún momento alguien morirá.

Es siempre llamativo y a veces hasta ridículo escuchar al elenco todo generando recitativos que, sin rima ni melodía alguna, suenan antinaturales. Pero el musical -así como la ópera- lo exige, aunque se han visto excelentes versiones en donde se combinan perfectas dosis de canto y  palabras sin tonos musicales, tanto en uno como en otro género.

La atrayente puesta en escena de Valeria Ambrosio tiene la ventaja de contar con la natural escenografía del mismo edificio, aunque para quienes han visto no hace mucho Atendiendo al Sr. Sloane les resulte familiar. Así y todo, los escenógrafos –Facundo Lozano y Ana Repetto– se han ingeniado para lograr diferentes ambientes y recrear necesarios espacios sin más cambios que una completísima y estudiada iluminación –Sandro Pujia-. Las estéticas coreografías pergeñadas por Gustavo Carrizo utilizan con mucha plástica todos los elementos, sin desdeñar siquiera la escalera.

La música y arreglos de Gabriel Goldman otorgan un atractivo especial junto a un estupendo diseño sonoro –Guillermo López-, con banda en vivo. El elenco es muy parejo y ha sido hábilmente dirigido. Sin embargo, son muy destacables los trabajos de Germán Tripel, Déborah Turza y Angel Hernández.

Recordando a Grazián, quien afirmaba que “lo bueno, si breve, dos veces bueno”, hubiera sido muy bienvenida una adaptación para acortar las dos horas largas que dura este musical. Martin Wullich

Se dio hasta noviembre 2008
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