ELLA, homenaje a Raffaella

Entretenido y cantado tributo a la Carrá

Ella Intérpretes: Dan Breitman, Natalia Cociuffo, Ivana Rossi – Bailarines: Mariano Botindari, Sebastián Codega, Marcos Gorosito, Angel Hernández, Alejandro Ibarra, Oscar Lajad, Juan José Marco, Ariel Pastocchi, Esteban Provenzano, Federico Salles Gribado, Adrián Scaramella, Leonardo Tito – Participación Especial: Hernán Piquín – Vestuario: Walter Jara – Escenografía: Ana Repetto – Coreografía: Elizabeth de Chapearouge – Dirección musical: Gaby Goldman – Libro: Valeria Ambrosio, Leonardo Gaetani, Ana Repetto – Dirección: Valeria Ambrosio

El mismo equipo que puso en escena Mina… che cosa sei?  ha sabido marcar la diferencia en Ella, ya que Raffaella Carrá era mucho más popular que la cantante de Un anno d’amore. Pruebas a la vista, la concurrencia entera termina casi bailando en la sala. Raffaella generaba eso, alegría , ímpetu, regocijo, diversión, ganas de moverse, de saltar…

Un disparatado comienzo, ante la ausencia de Ella, es la excusa para lo que sigue, una sucesión de sus más conocidas y clásicas canciones. Quienes se deciden a reemplazarla son dos cantantes –Ivanna Rossi y Natalia Cociuffo-, y un asistente de dirección –Dan Breitman-. No hay entonces una Rafaella, sino 3. Cada una con su personalidad, su sello y su gracia, disputará el cetro por la rubia peluca de la diva.

La voz de Ivanna Rossi se destaca sobre las de sus compañeros de elenco, que salen airosos con histrionismo, sobre todo Breitman, que se da el gusto de mariconear muy tiernamente y con momentos desopilantes. La línea de diseño, los colores, las luces, las coreografías y el vestuario –Pucci incluído- obedecen a la estética de la Carrá.

Una docena de atractivos y sensuales bailarines acompaña en todo momento esta historia cantada también por ellos, con coreografías muy atrayentes pergeñadas por Elizabeth de Chapeaurouge, y ejecutadas muy entretenidamente.  La inclusión de Hernán Piquín –un coloso de la danza- añade momentos estéticos notables  y de mucho profesionalismo, con sus deslizamientos y piruetas en ascensos y descensos por una blanca escalera, además de darse el gusto de andar con larguísimos zancos.

El sonido es estupendo, el coro de los danzarines responde muy bien a los requerimientos de la puesta, y al estilo tan particular y reconocible de las canciones de toda la vida: Hay que venir al sur, 0303456, Fiesta , En el amor todo es empezar , con muy buenos arreglos y dirección musical de Gabriel Goldman.

Valeria Ambrosio, autora del libro y directora, ha sabido darle la impronta de los años de mayor éxito de la diva, manejando muy profesionalmente la puesta en escena y el elenco. Martin Wullich

Ella se dio en Teatro Lola Membrives y luego en El Nacional, hasta julio 2008

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