PILAR POLICANO, música que atraviesa el alma

Emociones intensas gracias a una intérprete que deslumbra más allá de su juventud

10° Festival Konex de Música Clásica – Ciclo: Grandes Maestros Alemanes – Violín: Pilar Policano – Ensamble: Estación Buenos Aires (Rafael Gintoli y Gabriela Olcese, violines; Siro Bellisomi, violonchelo; Julián Medina, contrabajo) – Director Musical: Rafael Gintoli 

Entré al Aula Magna de la Facultad de Derecho de la UBA. Percibí su silencio particular, solemne y misterioso a la vez. Había  familias, estudiantes, gente mayor y algunos solos. Yo había oído hablar de Pilar Policano: que tenía apenas 17 años, que algunos la llamaban “la Martha Argerich del violín”, que estaba despegando. Pero lo que pasó esa noche fue una revelación.

Tras las palabras de Juan Carlos Figueiras —coordinador del Ciclo de Conciertos— y del Dr. Luis Ovsejevich —presidente de la Fundación Konex—, el periodista especializado Daniel Varacalli Costas introdujo el programa, hilvanando detalles de cada obra con la calidez de quien conoce el territorio. Entonces apareció Pilar, con su violín ceñido al cuerpo como si fuera una extensión de sí misma. Y esa mirada… no parecía la de una adolescente.

La primera nota de la Romanza para violín y orquesta N° 2 en Fa mayor, Op. 50 de Beethoven detuvo el tiempo. Su sonido me envolvió y supe que la noche sería inolvidable. Después, el Concierto para violín y cuerdas en Re menor, MWV O 3 de Mendelssohn fluyó con una naturalidad asombrosa: chispa y lirismo en un mismo gesto. En el Capriccio para cuarteto de cuerdas en Mi menor, Op. 81 – Andante con moto, también de Mendelssohn, sentí un diálogo íntimo, como si el violín y el Ensamble Estación Buenos Aires se susurraran secretos.

Con el Rondó de la Serenata Haffner K. 250/248b de W. A. Mozart llegó la alegría más luminosa: cada frase era un gesto de gratitud hacia el público. Y entonces, el momento que me quebró: la Partita para violín N° 2 en Re menor, BWV 1004 de Bach, con la Allemande y la Giga. En la primera, cada nota parecía un suspiro, una plegaria; en la segunda, la emoción se volvió viva, una danza que era también un grito de libertad.

El cierre fue el Presto de la Sonata Kreutzer de Ludwig van Beethoven, en arreglo de Richard Tognetti. Un estallido de energía, como si Pilar hubiera guardado lo más puro para el final.

Esa noche, con la dirección de Rafael Gintoli, Pilar tocó con la pureza de quien no se guarda nada. No vino a impresionar: vino a dar. Y dio todo. Salí en silencio, caminé por Figueroa Alcorta con el frío en las manos y el calor en el pecho, sintiéndome vulnerable, tocado por algo que quizá no vuelva a vivir igual.

No escribo esto para contar que vi a una promesa. Escribo porque anoche entendí que la música todavía puede salvarnos, que la belleza existe y que hay jóvenes que vienen a recordárnoslo. Una de ellas se llama Pilar Policano.  Mariano Augugliaro

Fue el 6 de agosto de 2025
Facultad de Derecho UBA
Rafael Gintoli en este Portal

Próximos conciertos con entrada libre y gratuita:
Martes 16 de septiembre a las 13.45 – Basílica Ntra. Sra. de la Merced – Concierto de Órgano – Luis Caparra
Sábado 29 de noviembre a las 18 – Facultad de Derecho UBA – Gran Concierto Sinfónico de la CABA
Sitio Web 10° Festival Konex

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