ORIANA FAVARO Y CARLOS ULLÁN, armoniosa distinción

Acompañados por Marcelo Ayub cerraron el ciclo 2015 de La Bella Música

Cuando la programación de una asociación es de excelencia, no es fácil afirmar cuál ha sido el mejor concierto del año. Así ocurre con La Bella Música –a cargo de su vigorosa factotum Patricia Pouchulu– desde hace años, con sus íntimas y exquisitas Soirées Musicales que se desarrollan en un pequeño salón del Hotel Sofitel. Sin embargo, me atrevería a decir que la función de cierre de 2015 -con Oriana Favaro y Carlos Ullán– fue superlativa, no sólo por la calidad y calidez de sus intérpretes, sino por el repertorio elegido.

ORIANA FAVARO Y CARLOS ULLu00c1N - www.martinwullich.com

El tenor Carlos Ullán inició la velada con la célebre composición An die Musik, de Franz Schubert, seguida por Nacht und Träume del mismo compositor, donde demostró sus cualidades para el lied, con una voz cordial y temperada, sumada a su perfecta dicción de la lengua alemana. El momento dedicado al músico austríaco siguió con la entrada de la soprano Oriana Favaro, en preciosos Gretchen am Spinnrade y Die Liebe. Favaro maneja con ductilidad su voz emitida con potencia y deleita al mismo tiempo en los interminables y subyugantes pianissimi.

El romanticismo alemán estuvo presente con Robert Schumann, brillando en un par de Liederkreis entonados sutilmente, y también en el apasionamiento puesto por Ullán en Ich grolle nicht, en cabal respuesta a ese amor de poeta que expresa, justamente, la serie titulada Dichterliebe. Luego, ambos cantantes demostraron que sus voces y expresiones también se adaptan con mucha comodidad a Donizetti, con una excelente selección de L’elisir d’amore y Don Pasquale. Marcelo Ayub los acompañó en el piano con su habitual solvencia, ajustando los tempi con una interpretación deleitable que hubiera merecido un solo para gozarlo íntegramente.

A todas sus cualidades canoras, Favaro suma un histrionismo encantador, seguido parejamente por Ullán, que no culminó en el verdiano Signor ne principe de Rigoletto anunciado, sino en el bis, con la deleitable quintaesencia de Lippen Schweigen –de La viuda alegre de Lehar- expresando exultante su amor entre violines y transmitiendo arrolladora emoción. Martin Wullich

Fue el 15 de diciembre de 2015
Hotel Sofitel
Arroyo 841 – Cap.
La Bella Música

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