ORCHESTRE PHILHARMONIQUE ROYAL DE LIÈGE, juventud y madurez

Magnífico concierto del Mozarteum Argentino con Nikolai Lugansky en piano

La presentación de la Orchestre Philharmonique Royal de Liège, dirigida por el húngaro Gergely Madaras, marcó el regreso de las tradicionales visitas de grandes orquestas internacionales, invitadas por el Mozarteum Argentino. La última orquesta traída por la institución había sido la Sinfónica de Montreal en octubre de 2019, durante la gira de despedida de Kent Nagano. Luego, la pandemia impuso el cese de actividades.

La Filarmónica de Liège tiene más de sesenta años de historia y un nivel profesional que se percibe de inmediato. En particular las cuerdas tienen una sonoridad muy acabada, que quedó en evidencia apenas comenzado el concierto, con el Adagio de Guillaume Lekeu (1870-1894) titulado Las flores pálidas de la memoria. Discípulo de Cesar Frank, el joven compositor belga tenía 21 años al momento de escribir esta pieza, fuertemente melancólica. Vivió apenas tres años más.

Junto a la orquesta, pudimos disfrutar al talentoso pianista ruso Nikolai Lugansky, quien definitivamente deslumbró con su interpretación del Concierto para piano N°1 de Frédéric Chopin. También se trató de la composición de un veinteañero, pero en este caso la música viró hacia un carácter brillante, esperanzado y triunfal. No era para menos: al momento de escribir este concierto Chopin recibía merecidos aplausos, mientras se preparaba para encarar una breve gira que lo terminaría depositando en París. 

Es verdad que esta obra no requiere de una orquesta importante. El trabajo de orquestación es sencillo, pues apuntaba a que el concierto pudiera ser interpretado sin dificultades en cualquier ciudad en la que el compositor decidiera presentarse. Chopin elaboró incluso una versión de sus dos conciertos para piano reemplazando la orquesta por un simple cuarteto de cuerdas. De todos modos, celebramos su inclusión en el programa, pues nos dio la oportunidad de disfrutar de una clase de pianismo excepcional, que Lugansky completó más tarde con el Preludio Op.23 N°7 de Rachmaninov como bis. 

Como complemento de estas dos obras juveniles, la segunda parte del concierto ofreció una obra de madurez de Johannes Brahms: su Sinfonía N°2 en Re Mayor Op.73. Si bien este trabajo fue elaborado por el compositor en apenas tres meses, no debe olvidarse que, como consecuencia del peso de haber sido señalado como el continuador de la herencia beethoveniana, el desarrollo de su primera sinfonía le demandó a Brahms más de dos décadas. Este fue, probablemente, no tanto el tiempo que le impuso la escritura de dicha obra, sino el terminar de decidir su lanzamiento como sinfonista.

Lo cierto es que, en este caso sí, la grandiosidad de esta Segunda Sinfonía, con su apasionante melodismo, fue una carta digna para el lucimiento de la Orchestre Philharmonique Royal de Liège, que remataría la velada con una adenda brahmsiana: la Rapsodia húngara N°5. La velada certificó, una vez más, el alto nivel de la programación de Mozarteum Argentino, en la temporada que celebra sus primeros setenta años de historia.  Germán A. Serain

Fue el lunes 27 de junio 2022
Teatro Colón
Libertad 651 – Cap.
(011) 4378-7100
teatrocolon.org.ar

Próximo concierto: 
Lunes 22 de agosto a las 20
Jerusalem Symphony Orchestra
Yeruham Scharovsky, director
Danielle Akta, violoncello
Programa: 
Pau Ben-Haim (1897-1984): Fanfarria para Israel
Franz Joseph Haydn (1732-1809): Concierto para violoncello N°1
Piotr I. Tchaikovsky (1840-1893): Sinfonía N°4 Op.36
Sitio Web Mozarteum Argentino
Sitio Web Nikolai Lugansky
Sitio Web Gergely Madaras

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