LUVSANJAMBYN MÖRDORJ, Mongolia académica

Acercamiento a un compositor muy poco conocido en Occidente

Blas Parera fue un compositor nacido en Murcia, España, y que apenas cumplidos sus veinte años,  se instaló en Buenos Aires. Se lo conoce principalmente por haber sido quien le puso la música a nuestro Himno, aunque compuso otras piezas más, entre estas un himno dedicado a la memoria de Mariano Moreno. A muchos kilómetros de aquí, en la fría Ulán Bator, nacía Luvsanjambyn Mördorj (también escrito como “Murdorj”), en septiembre de 1919. Pese a su origen mongol, Mördorj es parte de lo que se conoce como la “escuela europea de compositores del siglo XIX”, inspirados en Piotr I. Tchaikovsky y Gustav Mahler. Entre 1950 y 1956 estudió en el Conservatorio de Moscú y tuvo como docente al compositor ruso Evgeny Golobev, maestro de Alfred Schnittke, entre otros.

Mördorj fue, entre otras cuestiones, integrante de una banda musical militar (sirvió en el ejército), compositor independiente y autor de música de películas. Dejó también cuatro sinfonías, poemas sinfónicos, dos óperas, sonatas y otras piezas, entre las que se puede apreciar un fascinante arreglo del preludio al primer acto de Carmen para instrumentos tradicionales mongoles. Se lo considera uno de los músicos más importantes de su país. Y, por si fuera poco, fue co-autor de la música del himno de Mongolia, junto con Bilegiin Damdinsüren, uno de los compositores mongoles de más renombre e impulsor de la música académica de su país.

Recordemos que nuestro himno nacional sufrió modificaciones varias tanto en la letra como en la música, por cuestiones de economía (la letra original era mucho más larga) y de ajuste a los nuevos tiempos, ya que la letra original venía con contenido marcadamente antiespañol. También por cuestiones de practicidad: en 1900 un decreto del Poder Ejecutivo había reglamentado una versión reducida para uso en actos oficiales. El himno de Mongolia también tuvo sus innovaciones -o “himnovaciones”, dirían Les Luthiers- a lo largo del tiempo.

Por ejemplo, la versión que se usa hoy es una versión modificada del original de 1950, con música de los compositores citados y letra del escritor y lingüista Tsendiin Damdinsüren. Entre 1924 y 1950 se usó otra canción, pero un decreto de 1950 dispuso la utilización de una nueva canción patria que sufrió otras modificaciones en 2006. La letra de 1950 incluía referencias a Lenin, Stalin y líderes comunistas mongoles, pero en 1961 esas referencias se sustituyeron por referencias al partido. Desde 1991 se volvió a la letra original, aunque sin las referencias a los líderes antedichos. Finalmente, en 2006 el parlamento mongol volvió a revisar la letra para hacer referencia al héroe nacional Genghis Khan.

Volviendo a Mördorj, más allá de su aporte patriótico, su legado musical es digno de apreciar; lamentablemente, el material disponible en la web no es fácilmente hallable o su calidad es defectuosa, y a eso hay que sumarle la barrera lingüística, ya que hay poca información en inglés o en español sobre el compositor y su obra. De todos modos, con mucha paciencia se pueden hallar algunas joyas musicales.

Una de estas es la Sinfonía No. 1 Manai Ekh Oron (Nuestra patria), compuesta por Mördorj como trabajo de graduación, hacia 1955. Es la primera obra de este género que se compuso en ese país. Con orquestación típica de la escuela europea, en sus cuatro movimientos (adagio, allegro; largo; scherzo; allegro vivo) se pueden apreciar temas folklóricos especialmente en el tercero y cuarto movimientos, y un gran trabajo de percusión y sobre todo de los vientos, resaltando cierto carácter épico-heroico. Es un claro ejemplo del nacionalismo musical mongol.

Mongolia desarrolló su sistema de educación musical profesional sobre la base de los métodos de los países del Este europeo, especialmente la Unión Soviética, que para 1950 había enviado por vez primera profesionales para enseñar a los estudiantes mongoles. Gracias a la llegada de la democracia, tras la caída del comunismo, y al aporte de entidades estatales y privadas, los jóvenes músicos mongoles tienen hoy la posibilidad de participar en concursos y festivales internacionales. Quizás en todo este florecimiento tuvo algo que ver la estrella de Luvsanjambyn Mördorj, que murió en 1996, a los 77 años de edad, dejando a su patria un valioso legado. Viviana Aubele

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LUVSANJAMBYN MÖRDORJ, Mongolia académica

Escuchar: Lyrical Sonatine for Violine and Piano (1954) – Golden Palace
Luvsanjambyn Mördorj en Wikipedia

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