“Soy un compositor escénico, con una orientación tonal, que toca su propia música. Afortunadamente no me contratan para tocar Beethoven…” afirma Philip Glass. Difícilmente otro músico ha podido expresar algo usando tan pocas notas, con proverbial economía de medios.
El compositor estadounidense tuvo formación clásica, se graduó a los 19 años en la Chicago University y pasó luego a la Juilliard School, donde tuvo como profesor a Darius Milhaud; estudió en Francia con la impresionante Nadia Boulanger (con quien también estudiaron Astor Piazzola y Pía Sebastiani ) y trabajó como asistente del virtuoso artista indio Ravi Shankar, quien le aportó una mirada poco occidental sobre el sentido del ritmo. Entonces dejó de pensar en compases para abrazar una “corriente de pulsaciones contínuas”.
Philip Glass se hizo budista y conoció al Dalai Lama (quien se presentó en el mismo escenario la semana anterior) en 1972. Su dominio de lo visual lo llevó a escribir mas de 32 bandas sonoras para films como The Truman Show, El ilusionista, Las horas, Cassandra’s dream y el célebre mediometraje Koyaanisqatsi, plato fuerte de los cine clubes de todo el mundo, dirigido por Godfrey Reggio y producido por Francis Ford Coppola.
Al principio, en la ejecución de sus Six Etudes, al artista se lo percibió tenso, poco preciso a nivel técnico y fuera de training pianístico. Esto le quitó la posibilidad de trabajar planos sonoros de calidad, lo cual es un problema tratándose de una música saturada de repeticiones que puede caer en la monotonía. Le siguieron Mad Rush y Metamorphoses, un sistema de piezas basadas en La Metamorfosis de Franz Kafka. Se relajó al interpretar fragmentos de Dreaming awake -su regalo musical para el Centro de Estudios Tibetanos de New York- y, sin dudas, lo mejor de la noche estuvo en Wichita Vortex Sutra, acompañando su ejecución con el audio de una reflexión poética de Allen Ginsberg sobre el pacifismo de los años 60.
Parte del “color” del concierto estuvo en las características del público -1.500 personas-, jóvenes fans de cabeza rapada y anteojos, con expresión pacifica, también rabinos, algunos músicos y artistas conocidos, todos enfervorizados a la hora de los aplausos, que el intérprete agradeció con la interpretación del Opening de Glassworks fuera de programa. Martín Roig
Fue el 20 de septiembre de 2011
Teatro Coliseo
M. T. de Alvear 1125 – Cap.
(011) 4814-3056
www.philipglass.com
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