“…probablemente he soñado con ‘hacer daño’ a algunas personas merecedoras de castigo. Pero, despierto, nunca aceptaría ninguna sanción fuera del marco legal de la justicia, y cuando me hacen entrevistas afirmo que, dadas las vicisitudes de la justicia penal en los Estados Unidos, gangrenada por un racismo galopante, no creo en la pena capital.” La frase pertenece al protagonista del nuevo libro de Joyce Carol Oates, autora prolífica, aguda crítica del sistema, que en esta novela embiste a la industria editorial, a sus abogados y a la baja calidad literaria de los autores que promueve en pos de alcanzar más ejemplares vendidos en todo el mundo.
Andrew Rush, el protagonista, es el clásico escritor de éxito que ha conquistado al público y a la crítica. Lo representa un importante agente y es cautivo de un editor poderoso de Nueva York. Sus casi treinta novelas policiales, donde el bien siempre triunfa al final, se desarrollaron a la par que formaba una familia en la que hoy cuenta con tres hijos ya adultos. Vive en un campito en las afueras de Nueva Jersey donde se lo considera un personaje ilustre, y con todo eso se puede decir que ha cumplido el sueño de todo autor. Sin embargo Andrew “Andy” Rush esconde una carta bajo la manga, y se trata de Rey de Picas, el seudónimo bajo el cual publica otra serie de novelas mucho más bizarras a espaldas de su familia y agentes comerciales. Estas obras serían difíciles de vincular con su refinada reputación, que ha llevado a considerarlo como el “Stephen King de los caballeros”.
El castillo de naipes en el que Rush se mueve comienza a tambalearse cuando recibe la citación judicial por la demanda de una mujer del pueblo que lo acusa por plagio. Perseguido por el pánico de que, a raíz de la demanda, Rush pueda ser desenmascarado como Rey de Picas, su estabilidad e integridad psíquica inician un desmoronamiento sin retorno. Un episodio de la infancia del protagonista, contado como al pasar, será la fuerza oscura que emerge desde el pasado a desbaratar el presente perfecto de Rush, y esta es la regla de la literatura gótica.
La mujer que demanda a Rush por plagio ya lo ha hecho antes contra John Updike y Stephen King, haciendo gala de una excentricidad muy selectiva, pero su falta de control de las situaciones la llevan, como tantas veces, a una internación psiquiátrica. Esta ocasión es aprovechada por Rush para ingresar a su casa y descubrir su invaluable biblioteca, de la que extrae algunos volúmenes frente a los que no puede resistirse, enredando cada vez más las voces que pugnan en su interior.
Bien lo resume la frase de Edgar Allan Poe que pertenece a El demonio de la perversidad y Oates eligió para presentar la novela: “Estamos al borde de un precipicio. Contemplamos el abismo…, nos sentimos mal y nos mareamos. Nuestro primer impulso es apartarnos del peligro. Inexplicablemente, no lo hacemos”.
Joyce Carol Oates es una autora versátil e inteligente, creadora de atmósferas y tonos musicales, cultora de la belleza y crítica de las realidades sociales; con estas coordenadas rinde homenaje a un género que siempre reflejó un aspecto muy humano: la danza con los demonios que hemos convocado hace tiempo y que se han hecho presentes ya para desafiarnos. Silvia Bonetti
Rey de Picas
Joyce Carol Oates
Alfaguara
232 páginas
Joyce Carol Oates (Lockport, Nueva York, 1938)
Autora de más de cincuenta novelas, cuatrocientos relatos breves, más de una docena de libros de no-ficción, ocho de poesía y otras tantas obras de teatro, es una de las grandes figuras de la literatura contemporánea estadounidense. También ha escrito bajo los pseudónimos de Rosamond Smith y Lauren Kelly. Es miembro de la asociación Mensa. Y también de la Mesa Directiva de la fundación John Simon Guggenheim Memorial Foundation. Desde 1978 es miembro de la Academia Estadounidense de las Artes y las Letras. Ha sido y es candidata al Premio Nobel de Literatura.