La carrera del libertino (ópera) – Música: Igor Stravinsky – Intérpretes: Ben Bliss, Christopher Purves, Andrea Carroll, Patricia Bardon, Hernán Iturralde, Alejandra Malvino, Darío Schmunck, Alejandro Spies – Escenografía: Julia Freid – Vestuario: Julio Suárez – Iluminación: Matías Sendón – Orquesta y Coro: Estables del Teatro Colón – Dirección musical: Charles Dutoit – Dirección coral: Miguel Martínez – Dirección de escena: Alfredo Arias
Apenas se descorre el telón luce la estética puesta en escena de La carrera del libertino lograda por Alfredo Arias con la bella y funcional escenografía de Julia Freid. Se aprecia la creatividad del régisseur, con su contraste monocromático en los amaderados elementos del decorado, impactados por la paleta variopinta de colores apastelados en el precioso vestuario que diseñó Julio Suárez. Los actores figurantes cumplen con una atractiva rutina de coreográficos movimientos al compás de la elocuente música de Igor Stravinsky, aprovechada por Arias hasta para un cameo antes del intervalo: aparece en escena con su característico atuendo de anteojos y sombrero para llevarse de la mano a la cantante.
En ese inicio ya se vislumbra el desarrollo de la historia, el relato de Tom Rakewell, el libertino del título, absolutamente enamorado de Anne Trulove, embarcado a Londres por un tal Nick Shadow, después de recibir una inesperada y cuantiosa herencia. También comienzan las reflexiones sobre los porqués, lo que se debe y lo que se siente. Un gran reloj marca el paso del tiempo real, aunque por momentos también se disparará hacia otros significados. El lugar, sin cambiar un ápice, sólo con modificaciones lumínicas, deviene regia casa de campo, refinado burdel, tenebroso cementerio o perturbador manicomio. A la manera de una fábula, la narración fascina.
Las voces varían en volumen y se percibe que el elenco nacional tiene un mayor conocimiento de cómo llenar la enorme y exigente sala. El barítono Hernán Iturralde compone un impecable Trulove, cuyos pulcros graves resuenan deleitables. La mezzo Alejandra Malvino cautiva como Mamá Oca y fluye con su voz encantadora. También cumplen con excelencia Darío Schmunck y Alejandro Spies. La soprano Andrea Carroll, caracterizando a Anne Trulove, aparece en el inicio tapada por la orquesta, mientras se toma su tiempo en elevar su volumen y darle entidad al personaje. Algo similar le sucede al tenor Ben Bliss, quien gradualmente logra la total carnadura de Tom Rakewell. En tanto, la mezzo Patricia Bardon personifica estupendamente a Baba La Turca y su ideal timbre juega y expresa con desenfreno su circense personaje.
Sin embargo, es claro que Christopher Purves se lleva las palmas en todo sentido. El barítono está absolutamente sustanciado con el personaje de Nick Shadow y exterioriza su voz con grandeza, revela sus parlamentos con pasión, se manifiesta gracioso y efusivo con gestos y movimientos de gran histrionismo. Charles Dutoit lleva a buen puerto a la Orquesta Estable del Teatro Colón, con una interesante marcación en la que resplandece delicada la música. Esos sones hacen eclosión en las voces del Coro Estable, admirablemente dirigido por Miguel Martínez, en el jocoso momento junto a Baba La Turca o en la sutil delicadeza del subyugante final, donde cabe la gran moraleja. Martin Wullich
Fue el 18 de julio de 2023
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