Originalmente, según Edmund Burke, lo sublime se encuentra en todo lo terrible; es lo que se diferencia de lo bello, lo agradable. La paradoja de lo sublime es que, a pesar de ser terrorífico, nos atrae. Los sublime se relaciona con la oscuridad, la inmensidad y aquello que nos aterra y amenaza. Ahora bien, esta sensación de sublimidad, como la que sentimos, por ejemplo, ante ciertas obras de arte, el mar, o un acantilado, también la podemos encontrar en las tecnologías, quizás en las funciones por streaming, como una Perfo en casa. Lo tecnológico, tal como lo concibe el teórico Fredric Jameson, también puede ser otra fuente de lo sublime.
En muchas propuestas artísticas contemporáneas, la tecnología es la protagonista. Y aún más, por obvias razones, en estos tiempos de pandemia. Perderse en la inmensidad que proponen las rutas de internet, fundirse con las corrientes eléctricas de datos, adentrarse en mundos virtuales o contemplar presencias que proponen una nueva aura, ya no ligada a un cuerpo físico, sino a su imagen transmitida en funciones por streaming son algunos desafíos para el nuevo espectador de obras de teatro online. Porque si el aura se halla en esa presencia irrepetible de un aquí y ahora, tal como la concibió Walter Benjamin, en estos tiempos de cuarentena el aura puede ser un ahora (funciones virtuales en tiempo real), aunque no necesariamente un aquí. Puede ser un aquí múltiple, estallado en cada una de las pantallas donde los espectadores, cibernautas, fruidores, co-partícipes aprecian una obra de arte.
En Perfo en casa, un artista multidisciplinario y una bailarina-performer convierten el living de su casa en común en una sala virtual donde vinculan mapping de proyecciones, pixel mapping, danza y actuación en vivo. Ellos son Lucio Bazzalo y Mariana Cinat. El cuerpo de Mariana se funde con sus extensiones tecnológicas, sobre su piel se trazan nuevas cartografías para leer un cuerpo femenino de otro modo: “el hecho de que hayas podido entrar no significa que puedas salir”, nos dice una voz perturbadora en una de las perfos. Mientras unas manos con guantes de látex bajan el cierre del vestido de Mariana, su desnudez es vestida por toda clase de proyecciones. La tecnología adopta un carácter sumamente sensual.
Si, como sostiene McLuhan, las tecnologías extienden el cuerpo humano, Mariana realiza un acto de autoerotismo, no solo al tocarse y al untar líquidos sobre su piel, sino al fusionarse con las imágenes que sobre su cuerpo se proyectan. Orgía, orgasmo, fusión con una presencia que supera ampliamente los límites del yo, todo eso vemos y sentimos en Perfo en casa. No es casual que esta sea una obra producida en pareja. Hay algo de ese erotismo de a dos que desborda las fronteras de lo privado y pasa a ser de dominio público, hay algo en esa sexualidad compartida en las pantallas que nos convierte en voyeurs.
En otro orden de cosas, el director Oscar Barney Finn propone una relectura de El crepúsculo celta de William Butler Yeats, en su obra Hacia el crepúsculo. En esta pieza performática también hallamos la presencia de lo sublime tecnológico. En la recreación de cuentos de hadas, de mitos y leyendas, los personajes aparecen fundidos con el fondo negro, emergiendo de la oscuridad. Observamos una especie de tenebrismo en estos tableaux vivants, o pinturas en movimiento, que bien podrían ser referencias a un cuadro de Caravaggio o a un retrato de Rembrandt. El fondo negro es lo sublime que nos aterra, amenaza con devorarlo todo, hasta al propio personaje, pero los rostros imbuidos en luz consiguen atrapar la atención del espectador y, entonces se salvan.
En Nebulosa monotonía, los poemas de Oliverio Girondo también transitan la vía de lo tecnológico. Los actores no actúan, ni representan, ni ilustran la poesía de Girondo en esta puesta con intervención de Damián Lomba, Mariela Asensio y otros artistas. La obra se compone de video-performances que toman los versos surrealistas para inspirarse libremente y construir distintos cuadros. Los relatos del poeta cobran vuelo en estas breves composiciones donde menos es más.
En este mismo sentido, encontramos Las lilas, el silencio y la noche, sobre textos de Alejandra Pizarnik. Ambos espectáculos se definen como invocaciones, porque de alguna manera, en estas video-performances los versos de Pizarnik y Girondo pueden leerse desde una estética muy contemporánea, sin perder la esencia de sus poemas, invocando a los autores que les dieron vida.
En suma, perderse en estos abismos, que suponen las nuevas tecnologías, es otra manera de recuperar el aura perdida en cuarentena. Un modo de vibrar junto a las obras de arte reproducidas a distancia nos acerca a los artistas y a otros espectadores, en una sublimidad compartida. Se apagan las luces del teatro y en esa inquietante soledad, se enciende la pantalla y comienza la función.
Perfo en casa
Se dio hasta fin de octubre 2020
perfoenvivo.com y vía los Instagram @luchobaz y @marianacinat
Las funciones se pueden ver en vivo u offline.
Mapping, Proyecciones y Luces: Lucio Bazzalo – Performer: Mariana Cinat – Colaboradora artística: Agustina Barzola Würth – Con artistas invitados
Video referencia: https://www.instagram.com/p/B_bBCAzAQBn/
Hacia el crepúsculo
Una creación de Oscar Barney Finn – Elenco: Paulo Brunetti, Cecilia Chiarandini, Sebastian Dartayete, Pablo Flores Maini, Marta Lubos, Pablo Mariuzzi, Roberto Mosca
Las lilas, el silencio y la noche y Nebulosa monotonía
Intervención creativa: Mariela Asensio, Tomas Frezza, Damian Lombaezza – Idea original: Damián Lomba – Montaje:Tomas Frezza, Stefano Storchi, Elizabeth Wendling – Sonido y música: Rocío Morgenstern – Elenco en Las lilas, el silencio y la noche: Cristina Banegas, Valentina Bassi, Mirta Busnelli, Heidi Fauth, Laura Grandinetti, Marilú Marini, Florencia Raggi, Monica Raiola – Elenco en Nebulosa monotonía: Alberto Ajaka, Francisco Andrade, Fabián Arenillas, Fabio Aste, Carlos Belloso, Damian Lomba, Luis Machín, Matías Marmorato
Instagram: @maratondepoesias
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