Es mucho el cariño existente en la familia retratada a modo de racconto por uno de sus integrantes. También son muchas las costumbres y tradiciones a las que estuvieron atados. No sorprende entonces que el relato escrito por Brian Friel sea un dramón, aún tamizado con inigualables toques de sutil humor. Es un retrato fotográfico de los avatares vividos, durante el verano de 1936 -en un hogar donde ya sólo hay mujeres-, a partir del regreso de un hermano sacerdote que ha perdido su rumbo. Ellas están ensimismadas con cuestiones por resolver sin saber cómo. Una radio Marconi es también protagonista. Es la que cambia la rutina, la que alegra un momento, la que trae un contacto con el mundo… cuando funciona, claro. Y no hay más que eso, pero eso emociona.
La delicada puesta en escena plantea dos espacios exquisitamente diseñados escenográficamente por Daniel Feijóo y apoyados por la lograda iluminación de Marcelo Córdova, con precisa marcación de climas. En el elenco femenino se destacan Marta González con su personaje adusto y atávico que deja entrever gradualmente su ternura, y Laura Azcurra en la joven que descubre el amor y su posterior desazón. Laura Oliva brilla más en las momentos introspectivos que en los alocados. En cuanto a los varones, es notable el trabajo de Michel Noher, impecable en su papel seductor, derrochando simpatía y bailando estupendamente las coreografías marcadas por Doris Petroni.
La dirección del creativo Jorge Azurmendi ha llevado a buen puerto al octeto actoral, generando una visión muy encantadora de esta pieza que –nacida para teatro- también fue llevada al cine. Martin Wullich
Se dio hasta Marzo 2013
Teatro Multiteatro
Av. Corrientes 1283 – Cap.
(011) 4382-9140
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