Los contratiempos a los que estamos acostumbrados los argentinos no lograron impedir al italiano Giovanni Panella llegar justo a tiempo para dirigir al Ensamble Vocal y Orquesta de la Fundación Prometheus en una sublime presentación en honor a María Auxiliadora. La cita tuvo lugar en la deslumbrante basílica erigida en su honor, obra de los salesianos, que se alza en el barrio de Almagro desde principios del siglo XX. Su eclecticismo, sutil combinación de estilos tan variados como el neorrománico lombardo y bizantino, ha hecho de este sitio uno de los más bellos de la ciudad.
Con su capacidad colmada, la basílica ofreció su estupenda acústica para que el ensamble se luciera con obras de Licinio Refice, Karl Jenkins y del propio Giovanni Panella quien, pese su evidente cansancio y tensión por los problemas de transporte aéreo suscitados por el paro general del día anterior, pudo estar presente, con agradecimiento incluido al maestro Sebastiano De Filippi por encargarse de los ensayos previos. Días antes, Panella (con muchos años de residencia en nuestro país) había asumido la titularidad de la Camerata UANDES, de Santiago de Chile.
En la mente y el corazón de Panella, Licinio Refice (1883-1954) ocupa un lugar de privilegio. El director difunde su obra desde hace mucho, y en este concierto se permitió la humorada de aclarar al desbordante público que lo incluye en su repertorio por gusto personal. Bromas aparte, escuchar las composiciones del sacerdote oriundo de Lacio en semejante entorno y con un ensamble que destila profesionalismo, es un verdadero lujo.
En primer lugar, se escuchó Custodi eam, Domine. Si bien Refice la concibió para voz y piano, Panella realizó la orquestación para cuerdas. Es una conmovedora obra que el sacerdote compuso para una “divina” que precedió a la Callas, no solo por su atribulada vida sino por sus dotes musicales: Claudia Muzio, de quien justamente este 24 de mayo se cumplen 88 años de su prematura muerte. Refice la compuso para el último cumpleaños de la soprano, cuando ya estaba muy enferma. Luego se escuchó, también de Refice, Justorum animae, uno de sus primeros motetes.
De autoría de Giovanni Panella y con la voz de la soprano Marta Rossi como solista, se escuchó la Missa Miraculorum Domini. Se trata de una bellísima obra que data de 2017, con triple dedicatoria: a la imagen del Señor de los Milagros de la Basílica del Socorro, en el barrio de Retiro, a su comunidad y a su párroco de entonces, el padre Gustavo Boquín. El concierto finalizó con And The Mother Did Weep, parte del Stabat Mater del galés Karl Jenkins (nacido en 1944), con un público que disfrutó de tan bella música y de tan exquisita arquitectura. Viviana Aubele
Fue el 10 de mayo de 2024
Basílica María Auxiliadora y San Carlos
Hipólito Yrigoyen 3999 – Cap.
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