EL TESTAMENTO DE MARÍA, stabat mater

Eleonora Wexler interpreta a la madre de Jesús enfatizando su condición humana

El testamento de MaríaActúa: Eleonora Wexler – Música en escena: Fernando Albinarrate –  Vestuario: Ana Sans – Escenografía: Jorge Ferrari – Dramaturgia: Colm Tóibín – Iluminación y Dirección: Julio Panno

Stabat Mater dolorosa… No sabemos a ciencia cierta si Jesucristo existió. Si se trata de un personaje histórico o de una leyenda cimentada a través de los siglos y avalada por el poder de las instituciones. No parece haber documentación fidedigna que avale su existencia, aunque desde otro punto de vista su presencia sea más sólida que la de cualquier hombre. Tampoco podríamos saber, para el caso de haber existido realmente, si fue en verdad alguien capaz de obrar milagros, encarnación del propio Dios en la tierra, o si se trató de un joven rebelde que se atrevió a desafiar las reglas de su época. ¿Cómo podríamos saber si todo lo narrado no ha sido fruto de la necesidad de creer, o de la voluntad de construir un engaño a costa de la ingenuidad de los simples? Las fake news no son, después de todo, un invento de nuestro tiempo.

De algo podemos estar, sin embargo, seguros. Para el caso de que Jesús haya vivido y padecido su muerte del modo en que ha sido contado, el dolor de la mujer que lo trajo al mundo ha de haber sido terrible. De esto trata El testamento de María, pieza del novelista irlandés Colm Tóibín (n.1955), encargada originalmente por el Dublin Theatre Festival, que tras haber sido ofrecida en los principales escenarios del mundo llega ahora al Teatro san Martín. 

A través de un monólogo sobrecogedor, llevado adelante de manera extraordinaria por Eleonora Wexler, tomamos contacto con María, una mujer sencilla, humilde, desgarrada, fundamentalmente humana, que rememora el horror de la violenta muerte de su hijo, los polémicos hechos que lo llevaron a esa terrible circunstancia y lo sucedido posteriormente con sus seguidores y con ella misma. Con la dirección de Julio Panno, el eje del relato elude los misterios de la anunciación y la concepción, para ubicarse en la contradicción que media entre la realidad de la madre doliente y la figura utópica de la virgen santa que otros buscarán proyectar sobre ella. La puesta escénica, mínima en su concepción, parece apuntar precisamente a esto: a representar la condición mística de la virgen, de manera literal, como una jaula.

El principal mérito de El testamento de María es devolvernos la humanidad de esta madre, perteneciente a un mundo aún poblado de dioses antiguos. Una madre sola (ningún Evangelio explica qué sucedió con José, el presunto padre de la criatura), llena de dolor, de recuerdos, de desconciertos, de un mal disimulado enojo frente a las decisiones tomadas por su hijo y las actitudes de sus seguidores, que son descriptos como poco menos que confabuladores políticos.

María no tiene reparos a la hora de declararse en contra de todo el discurso místico y revolucionario: “Quisiera que lo que sucedió no hubiera sucedido. ¡Qué fácilmente podríamos habérnoslo ahorrado!”  Y desmintiendo valientemente todo el relato por venir, exclama, poderosa y rebelde: “Estuve allí. Huí antes del final. Pero si quieren testigos, yo lo soy y les digo ahora, cuando afirman que él redimió al mundo, que no valió la pena. No valió la pena”.

Además del protagonismo de Eleonora Wexler, en un texto muy difícil de sostener por sus matices y su carga de simbolismo, un verdadero stabat mater contemporáneo, hay que destacar el respaldo de la música, realizada en vivo por Fernando Albinarrate, y un muy efectivo trabajo de iluminación, del mismo director. Germán A. Serain

Jueves a domingos a las 19.30
Teatro San Martín
Av. Corrientes 1530 – Cap.
0800-333-5254
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