Pronúnciese “trep-chés-ki”. Hecha la aclaración, presentaremos a Simon Trpčeski, . El pianista nacido en Skopje, Macedonia (ex Yugoslavia), en 1979, ha dado que hablar en el mundo de la música. Contrariamente a lo que se esperaría de todo músico de renombre internacional, Trpčeski no proviene de padres músicos: un juez y una farmacéutica, y ninguno de sus hermanos siguió una carrera musical. Cuando era niño, aprendió a tocar el acordeón, pero debió cambiar al piano porque los programas de estudio de las escuelas de su país no contemplaban ese instrumento como parte de la currícula. Según el mismo Trpčeski manifiesta con humor, tuvo que cambiar la orientación del teclado: de vertical a horizontal. Estudió música en la Universidad Santos Cirilo y Metodio en su ciudad natal, bajo la mirada del ruso Boris Romanov, su maestro. 2002 fue el año de su graduación, pero el año anterior, el de su debut: en el Wigmore Hall de Londres.
A partir de ese momento, su carrera internacional ha ido en ascenso sostenido. Ha tocado con orquestas muy importantes: por ejemplo, en 2004 debutó con la San Francisco Symphony Orchestra interpretando el Segundo concierto para piano de Camille Saint-Saëns. Al año siguiente, con la New York Philharmonic Orchestra y el Tercer concierto para piano de Sergei Rachmaninov. Y en 2006, con la London Symphony Orchestra. Ha tocado como solista junto a una interesante cantidad de orquestas: London Philharmonic Orchestra, Royal Stockholm Philharmonic Orchestra, Royal Concertgobouw Orchestra, Bolshoi Theatre Orchestra, Cleveland Orchestra, y siguen los nombres.
Trpčeski tiene un lema propio que puede verse en su página web: “Per aspera ad astra”. Es decir, “por el sendero áspero hacia las estrellas”. Ya dijimos que nadie en su familia más cercana tenía conexión con la música, pero además, los recursos económicos para que Simon hiciera su camino eran limitados. Pero no lo era el apoyo de sus seres queridos, y así pudo participar en concursos de piano internacionales no obstante las dificultades para solventar los viajes o para conseguir las visas pertinentes.
El acordeón fue el “primer amor” de Trpčeski, un instrumento claramente ligado a la música folklórica de Macedonia. En 2017 presentó en el Ludwigsburg Festival (Alemania) su proyecto Makedonissimo, junto con músicos compatriotas. Se trata de un ensamble de música de cámara, conformado, además de Trpčeski en piano, por Aleksandar Krapovski (violín), Aleksandar Somov (chelo), Hidan Mamudov (clarinete, saxofón y kaval) y Vlatko Nushev en percusión. El repertorio surge de danzas y canciones macedonias y fue elegido por Simon; los temas contaron con arreglos del músico macedonio Pande Shahov. El proyecto ha tenido éxito en varias ciudades europeas.
Simon Trpčeski se ha ganado con justicia un lugar en el mundo de la música. Además de poseer enorme talento, es producto del tesón en una tierra con muy poca tradición en música clásica, y ha sabido hacer congeniar en su fino arte compositores de la talla de Beethoven, Brahms o Rachmaninov con los sones tradicionales de su tierra. Está además comprometido con formar próximas generaciones de músicos macedonios: en su página web, Trpčeski cuenta que la presentación de Makedonissimo en 2017 coincidió con su cooperación con la asociación KulturOp, que promueve el arte y la cultura en su país. Viviana Aubele
Cello sonata No. 2 op 99, de Brahms, con Daniel Müller-Schott
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