“Para cada pieza que Keith Jarrett comienza a interpretar en sus recitales, acerca su oído al teclado como esperando sugerencias para su improvisación espontánea. En su concierto de anoche su musa estuvo un poco dura, solo le ofreció miniaturas”. El comienzo de esta crítica del New York Times -publicada el 17 de enero de 2011- parece hecho a medida del recital dado en el Teatro Colón.
Si bien pudimos disfrutar de bellas estructuras armónicas y melódicas, en piezas cortas y contrastantes que se sucedieron una tras otra, al artista se lo percibió tenso y dispuesto a interrumpir la ejecución ante la presencia de cámaras o el sonido de una tos, cosa que hizo en tres oportunidades. “Too many toys…”, protestó el pianista que padeció una larga batalla contra un síndrome de fatiga crónica antes de retomar sus solo concerts en 2005.
Su toque -más allá de algunas imprecisiones- fue traslúcido, consiguiendo extraer maravillosos sonidos de un instrumento al que criticó duramente : “Señores, necesitan un piano para este teatro tan bello… millones de dólares y no tienen un piano como la gente…”. Cabe aclarar que se trata de un excelente Concert Grand de la casa Steinway y Sons (No. 537.365), elegido en la fábrica de Hamburgo por Bruno Gelber en 1997 y estrenado por este gran pianista. En ese mismo instrumento han tocado Daniel Barenboim, Antonio de Raco y la gran Martha Argerich en muchas oportunidades.
2.400 personas, teatro lleno con público impecable y amoroso con su ídolo pero, a su vez, amenazado por este artista que cortaba climas contínuamente valiéndose de un micrófono. El concierto finalizó con Keith Jarrett retando a un espectador, advirtiéndole que no iba a conseguir nada con subir imágenes a YouTube. Martín Roig
Fue el 12 de abril de 2011
Teatro Colón
Libertad 621 – Cap.
(011) 4378-7100
www.teatrocolon.org.ar
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