MARGARITA EN LA OSCURIDAD, violencia social

Una obra bella y dolorosa que nos empuja a revisar quiénes somos en relación a los demás

Margarita en la Oscuridad: Actúa: Karen De Michelli – Músico en escena: Carlos Pereira Larrea – Iluminación: Ariel Courtis – Escenografía: Daniel Acosta – Dramaturgia: Susana Catalina Bernardi – Dirección: Luis Serradori

Hay diferentes tipos de oscuridades. Hay destinos que parecen marcados por una incierta oscuridad desde el momento mismo de su alumbramiento, menuda paradoja. Así como también hay gentes que, pudiendo echar un poco de luz en el camino de los otros, se empeñan en oscurecerlo aun más. Cualquier persona con un ápice de moral podría preguntarse por qué motivo alguien haría cosa semejante. La respuesta es simple: porque pueden, y porque hacerlo los hace sentir miserablemente más poderosos.

Pero ocupémonos de esta ficción, que nos propone el Teatro Nacional Cervantes. Margarita en la oscuridad es un bello monólogo escrito por Susana Catalina Bernardi y muy bien protagonizado por la actriz Karen De Michelli. Las palabras, los recuerdos y las reflexiones de Margarita, humilde y doliente criada, se juegan de a ratos en un precioso contrapunto con las músicas interpretadas en escena por Carlos Pereira Larrea.

Sauces llorones y marcos colgantes que son arrancados de uno en uno constituyen el espacio escénico, funcional y metafórico. Un bidón con nafta y un encendedor, más un viejo libro quemado, una carta y un pañal que son los únicos recuerdos de una madre extraviada, completan de algún modo la utilería. También hay un diccionario, con palabras curiosas, como agobio y dignidad.

“Mi mamá me dejó escrito que la oscuridad hace que tu miedo se huela”, es lo primero que dice Margarita, en el inicio de la obra. Será por eso que si algún miedo ella tiene, no se hará patente. Tampoco sus lágrimas, muy a pesar de que confiesa los dolores que le aquejan el alma. “A mí me duele el corazón en todo el cuerpo”, revela. Estos dolores tienen que ver con los desprecios, con la injusticia, con ser invisible como persona ante los ojos de aquellos otros que se niegan a ver o a mirar, porque no les hace falta. Entre Margarita y Margot, su patrona, hay solamente una herencia de distancia. Pero es suficiente para marcar una diferencia que se pretende insalvable.

Estamos ante una hermosa obra, con mucha poesía, que nos empuja a revisar quiénes somos en relación a los demás. Qué es lo correcto y qué lo deleznable en el juego turbio de poder que se desata en el terreno de la humanidad, la inhumanidad y las clases sociales. También nos advierte que hay un límite, y una frontera frágil, que siempre puede quebrarse. En un sentido u otro.

Este espectáculo fue seleccionado en el marco del ciclo Nuestro Teatro Federal y fue grabado en el Teatro Raíces de Corrientes, en colaboración con el Instituto Nacional del Teatro. Lamentamos muchísimo que no se hayan corregido algunos notorios problemas de audio en la primera mitad del video, pues esta obra merecía tener un registro impecable. Vale la pena hacer caso omiso de estas dificultades técnicas y atrevernos a conocer a Margarita, que no es sino una puerta de entrada posible a todo lo que ella representa. Germán A. Serain

Margarita en la Oscuridad

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