LA CAJITA DE JASPE, revelar lo oculto

Cuidado trabajo de Susana Di Gerónimo en sorprendente relato

Actúa: Susana Di Gerónimo – Dramaturgia: Patricia Suárez – Dirección: Herminia Jensezian

¿Qué pasa cuando una cajita oculta más de lo que uno muestra, cuando una identidad desaparece para que podamos sobrevivir? La cajita de jaspe es la historia de Elena Klimek, o Sheine Lewy, sobreviviente del holocausto nazi y adoptada en Polonia por una familia cristiana que criaba chanchos.

Cuando termina la guerra, ella viene a la Argentina y tiene la suerte de llevar una vida normal, tener una buena posición económica y una familia, aunque hay algo en su interior que no la deja ser una persona más del montón, hay una marca que ella llevará por siempre.

Elena ha robado un perfume de un centro comercial y debe rendir cuentas respecto de su hurto mientras espera que su hija la vaya a rescatar. La disposición de la sala acentúa la sensación de que Elena está siendo vigilada: los espectadores la rodean como si fueran un tribunal.

Nosotros seremos los testigos de las explicaciones de esta mujer elegante: ella no puede olvidar el olor a chancho y por eso recurre al robo de un perfume que pueda de alguna forma hacerlo desaparecer de sus recuerdos.

Elena se queja de quienes han tenido la vida fácil, los niños ricos que han comido siempre carne de pollo y no saben lo que es el hambre de una guerra. No lo hace por rencorosa, sino porque ha conocido el horror de cerca y pide que le perdonen ese pequeño pecado, ese delito casi imperceptible y justificable para quien conozca sus padecimientos.

La actuación de Susana Di Gerónimo pinta un personaje que despierta absoluta empatía de pies a cabeza. Es un trabajo cuidado, que requiere de gran concentración, y también muy exigente porque todo el tiempo tiene que apelar al público. El guión de Patricia Suárez va ganando contundencia a medida que avanza la narración, y nos enteramos de los hechos que al principio se mantenían ocultos.

La cajita de jaspe es un viaje progresivo hacia el develamiento de una historia triste, pero con un final feliz. Herminia Jensezian logra que el ritmo sea el adecuado y que se consigan esas pausas tan necesarias para asimilar los detalles de la trama. Se pone de relieve el valor de un testimonio contado en primera persona, un testimonio que podría pertenecer a una abuela o bisabuela, y que aunque ficticio, toma de la realidad los hechos lamentables que todos conocemos.

Elena termina siendo ese ser entrañable que recordaremos porque nos ha entregado su corazón. Teniendo en cuenta las historias de los migrantes y refugiados de hoy, su relato de se resignifica y ayuda a la toma de conciencia. Milly Vázquez

Domingos a las 19.30
Teatro Tadrón
Niceto Vega 4802 – Cap.
(011) 4777-7976
tadronteatro.com.ar

Vota esta nota

¡Haz clic en una estrella para puntuarlo!

Promedio de puntuación / 5. Recuento de votos:

Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este contenido.

Publicado en:

Deja una respuesta