“De la tierra venimos y hacia ésta volveremos”: no hay otra. Salvo, a la de aquellos inmortales que quieren hacer vivir para siempre, mediante el artificio del embalsamamiento, el populismo necrofilico y absurdo. Parece que la llegada del Papa Francisco los hubiese hecho desistir del desatino; parece que la llegada de Jorge Mario Bergoglio acomodó la baraja (mazo de cartas) en un lugar que estábamos esperando, no solamente los que seguimos de cerca las creencias del catolicismo y hasta esas políticas clericales que nos llevan al fanatismo; es decir, a aquél populismo.
Pero volvamos a la tierra, y no solo a los exabruptos de los políticos que ahora quieren enmendar, sino a la calle; a lo que nos divierte a pesar de lo que uno conoció cuando tuvo la suerte de una abuela con chofer, una madre con remisse y una carpeta bajo el brazo cuando era un simple cadete de banco. Después, con unos pesos más, los taxis; los automóviles con taxímetro (sería lo correcto) y los tacheros: es allí en donde aprendemos de nosotros y de esos otros terrícolas que opinan de todo. Y es por eso que en estos días, el cronista, viajando frente a la Torre de los Ingleses pudo escuchar la repetición propaladora del tachero diciendo: “¿Oyó? Salió el humo blanco”. -Sí señor, ¿por quién será?
Después lo supimos. Después supe que el nombre era Francisco y me llenó de orgullo por ser el segundo nombre mío y el primero de mi abuelo: Franz. Pero luego de la agradable sorpresa, en estos días continué recogiendo frases fantásticas y que una vez más nos llevan a coincidir que los argentinos, y en especial los porteños, somos los más “terrícolas” de todos. Las enumeramos:
1) “¿Vió jefe? Yo lo sabía, si este ya le había pegado en el palo cuando lo del otro cura”.
2) “Era una fija y nadie se avivó”.
3) “¡Pobre Cristina, a este no lo quería nada!”.
4) “La verdad que de religión no entiendo nada, pero lo apoyo por argentino”.
5) “¿Sabías pibe que el cura es cuervo?” (Se les dice a los sacerdotes por la sotana negra y en especial a Bergoglio por ser hincha de San Lorenzo).
6) La más remanida: “La verdad es que se lo merecía”.
7) “Yo lo llevé ahí, donde está usted… bah… creo, porque mucho no se le parecía”.
8) La más genial: “¿Y ahora, qué decimos, que uno es Gardel, Maradona o Bergoglio?” -“No sé” fue la respuesta.
9) “Che… ¿te molesta que suba la radio?” …mientras, oía un rock indescifrable, que no tenía nada que ver con el Papa, y mucho menos con Pappo.
10) “Sabes una cosa….¿vos tenés mi edad, no?” -Creo que sí- “¡Esto, a la que te jedi, no le debe haber gustado nada!”.
Mariano Francisco Wullich
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