FERNANDO LERMAN, Guastavino ahora

Un disco en homenaje al gran compositor, a veinte años de su muerte

El quinteto está integrado por Fernando Lerman en saxofones y flauta, Laura Albarracín en la voz, Nacho Abad en el piano, Máximo Rodríguez en el bajo eléctrico y Tomás Babjaczuk en la batería. El ensamble acaba de lanzar el álbum titulado Guastavino ahora, que propone una audaz y personal reinterpretación de algunas de las composiciones de uno de los más importantes nombres de la música argentina, en coincidencia con el vigésimo aniversario de su muerte.

El disco abarca un total de once composiciones. El programa abre con Milonga de dos hermanos, con texto de Jorge Luis Borges, continúa con Se equivocó la paloma (letra de Rafael Alberti), y suma luego dos colaboraciones con León Benarós: Homero y La tempranera. Sigue El forastero (compuesta sobre textos de Atahualpa Yupanqui), y el listado se completa con La canción del estudiante, Hermano (textos de Hamlet Lima Quintana), Yo, maestra (Alma García), Rocío (Gabriela Mistral) y dos piezas instrumentales: Introducción y Allegro y Presencia número 9.

Conversamos con el principal responsable del proyecto, Fernando Lerman, titular además del sello discográfico PAI Records, acerca de los pormenores de este trabajo.

¿Cuándo y cómo nace el proyecto del disco Guastavino ahora?
Visité a Carlos Guastavino en su pequeño departamento de Belgrano, allá por el año 1990. Yo estaba estudiando su Introducción y Allegro para flauta y piano en el Conservatorio Nacional, me gustaba mucho su música y quería conocerlo. Charlamos un rato largo, le mostré algunas composiciones mías y me alentó a seguir escribiendo música. Fue algo inolvidable. Una década más tarde, ya en 2001, grabamos con Abel Rogantini esa maravillosa obra. Muchos años después orquesté una pieza suya para piano –En coche va una niña– y adapté la Tonada y Cueca para saxofón alto (es original para clarinete). Ahí hicimos el primer intento de versión con El Cuatriyo. También acompañamos a la soprano Marta Blanco, en un concierto en Santiago del Estero,  en varias canciones del repertorio lírico tradicional. De manera que Guastavino ahora es un proyecto con muchos antecedentes.

Carlos Guastavino pertenece a los dos mundos: el de la música académica y el de la música popular. Sin embargo, este disco presenta una mirada muy particular sobre su obra en cuanto al estilo. Algo así como una versión particularmente libre. ¿Se trata de un tercer mundo? ¿Es auténticamente Guastavino?
La música de Guastavino está dentro de una estética que algunos llaman de frontera. A Guastavino le gustaban mucho los arreglos, de hecho él mismo solía escribir diferentes versiones de algunas de sus obras. Por otro lado estuvo vinculado de algún modo con la generación del boom del folklore de la década de 1960: era muy amigo de Eduardo Falú y Mercedes Sosa y grabó tres de sus canciones. Por lo que me contó el pianista Horacio Matos, Guastavino también disfrutaba mucho de Bill Evans y Oscar Peterson. Así que este álbum es una mirada renovada sobre la obra de un compositor con una vasta producción, a partir de versiones en donde la pluma del arreglador aporta nuevos enfoques.

¿Cómo se decidió la selección de canciones, cuáles incluir y cuáles dejar afuera? Supongo que muchos títulos deben haber sido atractivos.
En principio tuvimos muy en cuenta al co-autor. Todos los poetas involucrados en el disco son grandes nombres: Borges, Yupanqui, Gabriela Mistral, Hamlet Lima Quintana, Alma García y finalmente su compañero de muchos trabajos, León Benarós. En todos los casos buscamos decir algo inesperado con las nuevas versiones. Por ejemplo, la Milonga de dos hermanos tenía una gran versión de Jairo y Ricardo Miralles que me gustaba mucho, pero al mismo tiempo me parecía demasiado dulce para el dramatismo de la letra, mientras que El Forastero no tenía ninguna versión que la abordase desde una óptica popular. Quedaron afuera casi todas: Pueblito mi pueblo, Rosita Iglesias, cualquiera de los Diez cantos populares para piano… En realidad se podrían hacer veinte álbumes.

Estas canciones han sido cantadas usualmente por coros, por artistas líricos, también por cantantes populares. ¿Cómo fue la elección puntual de Laura Albarracín para cantar estos textos?
Con Laura ya habíamos hecho varios proyectos y trabajamos muy armoniosamente. Mi idea fue que la cantante viniese del folklore, del canto popular; que pudiese poner en cada frase su intención y su historia. Pensé en Mercedes Sosa, en Goyeneche, en Zitarrosa… En la música popular pesa mucho la versión, la recreación, y creo que esta sonoridad de cuarteto de jazz funciona muy bien con ese modo de interpretar. La música académica es el respeto sagrado por la partitura y los cánones, otro modo de hacer que también me gusta. De hecho, aunque no lo parezca, en Guastavino ahora las melodías originales están respetadas a rajatabla.

Llama la atención la inclusión de la Canción del estudiante, que a estas alturas puede sonar entre algo vintage y naif. Muchos ni siquiera deben imaginar que se trata de una canción de Guastavino…
Es el track más humorístico del proyecto, sin duda. Transformamos una marcha escolar en un candombe / marcha camión. Nos pareció una idea divertida. De todos modos, el desarrollo de esa melodía es digna de un gran compositor. Si uno escucha cómo va modulando, su extensión… Tiene cierto eco, por la temática didáctica, con El hornero, que pertenece a una obra integral sobre pájaros argentinos.

¿Hay alguna de las canciones del disco que sea tu favorita, o que te resulte más representativa de lo que querías lograr con tu trabajo?
Las que tienen respectivamente a Borges y a Yupanqui como co-autores son mis favoritas. La versión de Se equivocó la paloma también me gusta mucho cómo quedó. Ahí logramos algo nuevo con una canción que cuenta con miles de versiones, tanto académicas como populares.

Fernando Lerman, ¿qué pensás que Carlos Guastavino hubiera dicho de este disco?
Estoy seguro de que algunas versiones le hubieran gustado mucho, y probablemente otras no tanto. Guastavino era muy tradicional en todo sentido. Aborrecía las corrientes de vanguardia del siglo XX, aunque a nivel rítmico fue de los primeros en escribir de manera detallada muchas células de nuestro folklore. Es evidente mi admiración por su obra… Pero sinceramente, a esta altura de mi vida, hace rato que dejé de hacer arte con el afán de gustarle a mis maestros.

Se equivocu00f3 la paloma - Guastavino Ahora
La tempranera - Guastavino Ahora

Sitio web de Fernando Lerman

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