Constellations – Actúan: Tom Patterson y Lily Balatincz – Iluminación: Michael Lincoln – Vestuario: Brandee Mathies – Diseño de escenario: Debra Booth – Sonido: Ryan Rumery – Autor: Nick Payne – Director: David Muse
En el inicio, Nick Payne nos teletransporta a un aparente no-lugar no-tiempo que irá adoptando una forma propia durante el desarrollo de la pieza. Invitado a tomar un cojín, el espectador puede elegir sentarse en gradas dentro de un círculo para descubrir la relación de Marianne, una astrofísica de la Universidad de Cambridge, y Roland, un apicultor. La ramificación que esta académica plantea entre la relatividad y la física cuántica da el marco para una composición de escenas que se repiten en diferentes estados anímicos casi de manera idéntica, si no fuera por un ligero cambio de palabras que imprime otros matices.
Esta sutileza es sintetizada por Marianne al expresar que “efectivamente nos hemos formulado dos veces la misma pregunta y hemos obtenido dos respuestas completamente diferentes”. Pero es precisamente esta escala de registros la que induce a la risa y a tantas otras emociones, a veces contradictorias, sobre las que alguna vez escribió Roland Barthes en Fragments d’un discours amoureux (Fragmentos de un discurso amoroso).
El escenario en 360 grados permite que el público contemple desde diferentes ángulos todo el potencial gestual y expresivo de los protagonistas, Lily Balatincz y Tom Patterson, quienes cuentan con un destacable dominio actoral para reinterpretarse esquizofrénicamente una y otra vez. Esta potencialidad es explotada más aun durante un diálogo sólo sostenido por un lenguaje de señas que, pese a su carácter universal, puede hacerse comprensible para quienes no lo dominan por haber tenido un precedente basado en la oralidad.
Carente de escenografía y utilería, cobra un gran predominio la iluminación ideada por Michael Lincoln, que interactúa de modo formidable con la discursividad; una suerte de candelabro enlaza luces de tubo –que mutan de una gama de fríos a colores más vívidos, en sintonía con cada acto– y evoca así las constelaciones que se tejen en un profundo e inacabado cielo. Esta reminiscencia termina de integrarse cuando Marianne y Roland, echados en el suelo, pierden su mirada para contemplar la vastedad del cosmos que los contiene.
Así, Constellations parece refugiarse en aquellos filósofos alemanes que concibieron el curso de la historia no como un hecho lineal, sino como una infinita reiteración de eventos que se dan en todo tiempo y espacio. Valiéndose de la física, el relato se desenvuelve de forma análoga: desde el origen de la materia y la conformación de galaxias hasta las fuerzas de los átomos y moléculas, estos momentos se van amalgamando -cuando no solapando- hasta condensarse y trazar una historia que podría continuar repitiéndose imperfecta e incesantemente. Martín Quiroga Barrera Oro
Se dió hasta 20 marzo 2016
Studio Theatre’s Stage 4
1501 14th St NW
Washington DC, USA
www.studiotheatre.org/
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