La propuesta es de por sí ingeniosa e interesante: un libro que explica diversos aspectos y conceptos propios de la política internacional a partir del cine y los cómics. Cómo los superhéroes explican el mundo es el título de este trabajo de Mariano Turzi, que vincula por ejemplo la política exterior de la Rusia contemporánea con la figura del iracundo gigante verde Hulk, o la actualidad de la Unión Europea con la figura de La Mujer Maravilla, pasando por supuesto por el Capitán América como metáfora alusiva a los Estados Unidos, el villano Fu-Manchú en relación a China, pero también El Eternauta cuando llega el momento de hablar de América Latina.
Los temas abordados son tan diversos como el drama de los refugiados y los migrantes en Europa, la problemática del capitalismo globalizado, la desigualdad, el cambio climático o el proceso de la industrialización bélica hasta llegar a la amenaza del descontrol nuclear. Todo esto puesto en vínculo con superhéroes y villanos, desde los X-Men a Lex Luthor, pasando por Aquaman, Linterna Verde, Flash o El Hombre Araña.
Existen antecedentes, claro está, como el famoso ensayo de Ariel Dorfman y Armand Mattelart, Para leer al Pato Donald, un libro clave de la literatura política de la década de 1970. Y resulta innegable el énfasis puesto por la cultura estadounidense en el diseño de discursividades con objetivos propagandísticos y culturales, algo que puede verse en cualquier producción hollywoodense tanto como en el dibujo animado más pretendidamente inocente. Y por supuesto, también en el diseño de los superhéroes, que describen relaciones y fijan imaginarios que luego son reproducidos en el mundo real.
Sin embargo, a diferencia del libro de Dorfman y Mattelart, Mariano Turzi no pone el énfasis en un análisis de la discursividad presente en las historias de superhéroes, sino que que utiliza estos personajes como un recurso, casi como una herramienta pedagógica, para describir a partir de ellos relaciones ya existentes en el mundo verdadero, exponiéndolas en un lenguaje sencillo para facilitar su comprensión por parte del lector.
Ya en el prólogo de Cómo los superhéroes explican el mundo, el autor se ocupa de explicar que un superhéroe -o su antítesis: el supervillano- no es más que un arquetipo. Y que un arquetipo, desde la definición de Carl Gustav Jung, no es sino una representación que se corporiza a través de un símbolo de valor universal que resulta observable tanto a nivel individual como colectivo. Dicho de otra manera, si estudiar teología y analizar las características de los dioses nos ayuda a comprender las cualidades de las culturas en cuyo seno esos dioses fueron creados, del mismo modo observar el modo en que se confeccionan los universos ficcionales vinculados a los superhéroes nos permite realizar de un modo efectivo lecturas de carácter sociopolítico.
El propio autor se pregunta en algún apartado cuál sería la justificación para escribir un libro sobre relaciones políticas internacionales a partir de superhéroes, y la respuesta es tan sencilla como definitiva: porque resulta divertido. Y por si fuese necesario aclara además que su obra no fue escrita desde su lugar de fan de los cómics, sino como doctor en relaciones internacionales. Es probable que haya sido divertido para él, y seguramente lo será también para quien se acerque a su trabajo.
Entre las metáforas que aparecen en esta obra está la Liga de la Justicia como un ejemplo del liberalismo que encuentra una seguridad colectiva con el foco puesto en individuos que están más allá del Estado, o entendiendo que la libertad es el fundamento de todo progreso humano. Aunque desde un punto de vista diferente, la misma metáfora podría dejarnos ver en una organización como la Liga de la Justicia (o como las Naciones Unidas) un agrupamiento de los más poderosos con objetivos que claramente tienen que ver con el control sobre los más débiles. El hecho mismo de dividir de una manera maniquea el mundo en héroes y villanos podría ser visto como una metáfora que remite a una impronta iluminista, cuando desde una perspectiva más realista se comprende con facilidad que la realidad es algo mucho más complejo.
Así, por ejemplo, en el otro extremo de este idealismo podríamos ubicar en cambio a un Batman, el único superhéroe sin poderes, que por lo tanto puede ser visto desde una perspectiva más humana. Esto es, para ponerlo en las palabras de Thomas Hobbes que son citadas por Mariano Turzi en sus páginas, como “una entidad solitaria, pobre, desagradable, brutal y corta”. Como se ve, las metáforas son muchas y diversas. Este libro nos ayuda a visualizar, a través de algunas de ellas, nuestra realidad desde un lugar diferente. Germán A. Serain
Cómo los superhéroes explican el mundo
Mariano Turzi
Editorial Capital Intelectual
140 páginas
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Mariano Turzi es doctor en Estudios Internacionales por la School of Advanced International Studies (SAIS), Johns Hopkins University. Utiliza la identidad de profesor universitario (UCEMA y Universidad Austral). Para hacer esa identidad creíble, ha dictado cursos en la Universidad de Nueva York (NYU) y el Instituto de Servicio Exterior de la Nación en Argentina. Bajo ese alter ego también publicó artículos y dio conferencias en Alemania, Chile, China, Colombia, España, Estados Unidos, Francia, Inglaterra, Italia, México, Panamá, Paraguay y Uruguay.
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