ABSENTHA, alicorada inspiración

Inteligente y poético texto al servicio del humor y las pulsiones humanas, con muy buenas actuaciones

Absentha – Autor: Alejandro Acobino – Actúan: Rodolfo Demarco, Jose Mehrez, Fernando Migueles y Germán Rodríguez – Actor invitado: Javier Tobares – Vestuario y escenografía: Pepe Uría – Iluminación: Sergio Cuchiara – Dirección: Ana Sánchez

ABSENTHA - www.martinwullich.com

Tres muy distintos alumnos de un taller de poesía y un profesor borrachín que les da indicaciones para mejorar la técnica de escritura y aconseja el uso de ciertas palabras, mientras azuza su imaginación para crear nuevos versos de todo tipo, conforman el punto de partida de la entretenida sucesión de hechos que ocurren durante la práctica poética. La inspiración deja entrever  sus personalidades, mientras se escuchan desde haikus que oscilan entre “Coágulos de silencio tu huella cubren de falsa hemoglobina” o “Los cuervos insaciables revolotean tras saquear el sembradío”, hasta una “polipoesía con base rítmica” titulada Poxiran. Algunas son delirantes, otras son ridículas, todas denotan algo de sus autores. Títulos como Anotador playero y términos como “punga” circulan en el insólito muestrario. Evocan a Neptuno. También a la Pizarnik o a Alfonsina, como respetables íconos.

La mediocridad de los alumnos y las vulgaridades del profesor aparecen en todo momento. Ellos opinan sobre sus propias poesías, subestimándose, tratándose de fachos, criticándose, pero también felicitándose como cuando surge la imagen “desentrañando una nube”, diciendo obviedades como “en la diversidad está la cosa”, o aconsejando  “permitítelo” a quien no le gusta rimar. Él es capaz de decirles –mientras recitan- que “no se escucha una mierda”, o -en tren de filosofar- que “la ruptura  me la paso por los huevos”. También, autoritariamente, decidirá en qué momento termina la clase. Son inequívocos símbolos de una sociedad que vive equivocándose.

Las poesías no conocen de fronteras temporales y surge entonces el licor que da título a la pieza, remedando el ajenjo que solían tomar Baudelaire, van Gogh, Hemingway y otros creadores, como fuente de originales delirios o escape de vidas torturadas. El texto de Alejandro Acobino es desopilante, así en la prosa como en los versos, rimas y poesías que generan los alumnos de tan particular taller. En tanto, la directora Ana Sánchez ha sabido marcar estupendamente los personajes, extrayendo lo mejor del histrionismo de los cuatro actores que se lucen en forma muy pareja y llevan a cabo la difícil misión de hacer reír, tomando en solfa un estilo literario al que tan solo unos pocos se acercan por sentimiento y otros almidonan en demasía. Martin Wullich

Se dio hasta 2014
Teatro del Abasto
Humahuaca 3549 – Cap.
(011)
4865-0014

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