VÍKINGUR ÓLAFSSON Y DANÍEL BJARNASON, géiser musical

Un concierto desde la remota Islandia

Siempre es un placer escuchar buena música y mejores músicos, pero mucho más reconfortante es comprobar que no hay distancia, ni fronteras, ni impedimentos geográficos que nos priven de este bello arte. La tecnología ayuda muchísimo, y este tiempo de pandemia es ideal para hurgar y descubrir o redescubrir excelentes artistas que quizás no son tan conocidos en nuestro medio. En esta oportunidad, la cita es con dos islandeses: Víkingur Ólafsson, pianista, y Daníel Bjarnason, compositor y director.

El primero nació hace 36 años en Reikiavik, la capital de Islandia, y su sino como pianista ya estaba marcado desde antes de llegar al mundo, pues escuchaba tocar a su madre mientras ella estaba embarazada de él. El segundo es un coterráneo suyo, con premios a cuestas y varios trabajos propios. Entre estos, una ópera estrenada en 2017 (Brothers, basada en la película Brødre, de Susanne Bier), un trabajo para coro y orquesta (The Isle Is Full of Noises, de 2012), música para películas (por ejemplo, The Deep, 2012), por dar algunos ejemplos.

En esta oportunidad, Víkingur Ólafsson y Daníel Bjarnason dieron un estupendo concierto junto con la Iceland Symphony Orchestra en el Harpa Concert Hall and Conference Centre de la capital islandesa, en noviembre de 2019. En esta magnífica sala que da al álgido Atlántico Norte, se escucharon cuatro obras. Como delicioso aperitivo nórdico, Bjarnason dirigió Selecciones de Peer Gynt, del noruego Edvard Grieg.

Le siguió una composición propia del director islandés, Processions, obra para piano y orquesta interpretada con su compatriota Ólafsson al piano, que dio cuenta de calidad, solidez y de su formación en la prestigiosa Juilliard School (semillero, entre otros, de Itzhak Perlman, Ola Gjeilo y Yo-Yo Ma). Processions es un concierto en tres movimientos (In Media Res, Spindrift, Red-handed) estrenado en 2010. Aunque a veces disonante, por momentos parece retomar los gestos melancólicos de la música de otros tiempos.

El concierto contó con otro invitado, pero no del país de los géiseres, sino de los Balcanes: el croata Radovan Vlatković, solista de trompa de larga trayectoria. Acompañado por la orquesta dirigida por Bjarnason, Vlatković se lució en el Concierto para trompa No. 3, de W. A. Mozart, una bella composición de fines de siglo XVIII. No obstante, parece que Mozart le restó importancia pues no la incluyó en el catálogo personal de sus obras.

Como frutilla del postre, la última pieza de este concierto fue la magnífica Sinfonía No. 5 del finlandés Jean Sibelius, impecablemente tocada por la orquesta que dirige Bjarnason. Una jugosa combinación de ejemplares musicales de tierras nórdicas, con Mozart en el medio, en el marco de un país que, a Dios gracias, aporta a la música algo más que solamente Björk. Viviana Aubele

Processions - Danu00edel Bjarnason and Vu00edkingur u00d3lafsson

Sitio de Ólafsson  
Sitio de Bjarnason

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